El moho son hongos que crecen en lugares húmedos, entre ellos los cuartos de baño o superficies donde se produce condensación. Estos diminutos organismos se propagan y reproducen por esporas, que pueden ser dañinas para la salud de las personas, causando, por ejemplo, asma, alergias, insuficiencia respiratoria o rinitis. La European Lung Foundation ha dedicado una ficha informativa a cómo protegerse del moho.
Protege tus pulmones frente al moho y la humedad
¿Cúal es el impacto del moho y la humedad sobre la salud de los pulmones? y ¿qué puede hacerse para protegerlos?
Contestar estas cuestiones es la finalidad de un documento informativo publicado por la European Lung Foundation, que nos explica qué es el moho y porqué debemos evitarlo.
¿Qué es el moho?
El moho son hongos que crecen en áreas húmedas, ya sea en exteriores o en interiores. Su función en exteriores es participar en la descomposición de la materia orgánica, como plantas o animales muertos.
Sin embargo, su presencia en interiores resulta problemática, ya que las esporas que libera al aire para propagarse son las responsables de potenciales problemas de salud al ser inhaladas.
Además de oxígeno y nutrientes, el moho necesita humedad para crecer y su presencia en interiores va asociada a un problema de humedad acumulada, que puede ser causada por fugas de agua, condensación, intrusión de humedad desde el exterior, etc. La mayoría de los mohos sólo requieren estar en materiales adecuados y mojados durante 24-48 horas para poder crecer. Edificios con un exceso de humedad, poca ventilación y/o falta de luz solar son buenos candidatos para su formación.
Cuando vemos el moho a simple vista, estamos delante de una colonia de moho, que se considera como un solo organismo. El cuerpo principal de la colonia se compone de una red de filamentos multicelulares interrelacionados, llamados hifas.
Cuando las condiciones ambientales son adecuadas, el moho crea esporas en los extremos de las hifas, que serán liberadas al aire y se extenderan para crear nuevas colonias. Las esporas del moho flotan constantemente a través del aire y es prácticamente imposible eliminarlas completamente del interior de los edificios, donde pueden permanecer sin germinar durante años.
¿Afecta el moho a la salud pulmonar?
Estudios han relacionado la ocupación de edificios con humedades y presencia de moho, con problemas de salud en los ocupantes de los mismos. Algunas personas son sensibles a los mohos, que pueden causarles síntomas como congestión nasal o irritación de ojos, mientras que otras pueden desarrollar alergias graves con reacciones más severas.
Entre otros problemas se incluyen:
- Asma: ataques de asma para las personas que ya tienen la afección y posiblemente la aparición de asma en personas que no la padecen.
- Tos y sibilancias
- Constipados recurrentes
- Infecciones de pecho, que son causadas por respirar pequeñas particulas de moho. Por ejemplo, respirar un tipo de moho llamado Aspergillus puede causar una infección llamada aspergilosis.
- Dificultad para respirar
- Rinitis: inflamación del revestimiento de la nariz, que causa estornudos y una nariz que moquea o tapada.
- Neumonitis por hipersensibilidad: el tejido de los pulmones tiene una reacción alérgica ante una sustancia respirada, y se inflama. Es posible, pero bastante inusual, que se produzca debido a un ambiente interior húmedo.
- Los ácaros del polvo doméstico también prosperan en ambientes cálidos y húmedos, y pueden causar reacciones alérgicas (por ejemplo, síntomas de asma, eccema y rinitis)
Las personas con enfermedades pulmonares, bebés y niños, personas mayores y aquellas personas con sistemas inmunes más débiles corren más riesgo de enfermar debido a ambientes húmedos y con moho.
¿Cómo podemos protegernos?
No está claro qué es exactamente, de la humedad y el moho, lo que causa problemas de salud pulmonar, pero hay pasos que se pueden seguir para reducir los síntomas y proteger los pulmones.
Lo primero será eliminar la causa del problema: la humedad.
Hay que asegurarse de que no hay fugas de agua que causen problemas de humedad, y si las hay repararlas. También son muy importantes la calefacción y la ventilación; hay que asegurarse de que el edificio está bien ventilado, ya sea abriendo regularmente las ventanas o utilizando un sistema de ventilación artificial. Al ducharse, bañarse o cocinar hay que abrir una ventana, utilizar un extractor y cerrar la puerta del baño o la cocina.
Utilizar un deshumidificador también puede ayudar a reducir la cantidad de vapor de agua en el aire. También se debe evitar secar la ropa colgándola en el interior, ya que esto agrega humedad al aire. Si es posible es mejor utilizar una secadora o colgar la ropa para secar al aire libre. Pero, si secar la ropa en el interior es la única opción, se recomienda utilizar un deshumidificador en la habitación.
Para evitar la humedad es importante mantener el edificio a una temperatura adecuada. La OMS recomienda entre 16-20ºC en dormitorios y entre 19-22ªC en el resto de la casa. Y, cuando no estemos en casa, se recomienda mantener la temperatura por encima de los 15ºC.
Una vez que se haya solucionado el problema de humedad, es hora de limpiar el moho.
Todos los artículos o superficies afectados deberán ser desinfectados o, preferiblemente, reemplazados. Hay que tener en cuenta que las telas próximas a la fuente de moho, como cortinas, ropa, alfombras o colchones, podrian estar contaminadas.
Al limpiar el moho con productos adecuados para ello, se liberaran esporas al aire. Por tanto, debemos protegernos para no inhalarlas y también sellaremos la habitación afectada para evitar que las esporas se propaguen a otras habitaciones.
Mientras eliminamos el moho, tendremos las ventanas abiertas y las mantendremos asi durante un tiempo después de finalizar. Una vez que hayamos eliminado las colonias visibles de moho, también deberemos limpiar todas las superficies de la habitación para eliminar bien las esporas.
Fuente: European Lung Foundation