La tecnología basada en fluidos supercríticos, capaces de comportarse como líquidos o como gas según las condiciones de presión y temperatura, ha experimentado un notable desarrollo para la extracción de principios o sustancias de alto valor añadido, que se incorporan posteriormente a productos dotándolos de diversas características, por ejemplo, propiedades biocidas o antimicrobianas.
¿Cómo obtener biocidas naturales a partir de la extracción supercrítica?
La demanda de productos con valores añadidos, como una vida útil más larga o propiedades antibacterianas, es creciente, no sólo en el sector alimentario sino también en otros, como el textil, cosmético o farmacéutico.
La extracción supercrítica se presenta como una solución alternativa para extraer los principios o sustancias que se quieran incorporar a los nuevos productos.
Esta técnica presenta importantes ventajas en los procesos de extracción, ya que el fluido supercrítico es una sustancia que, en determinadas condiciones de presión y temperatura, muestra un comportamiento como líquido, que facilita la disolución de los solutos, a la vez que es capaz de comportarse como gas, lo que le permite una fácil separación de la matriz.
Esto supone un proceso de extracción más rápido, eficiente y selectivo frente a otros casos, como es el de la extracción con disolventes líquidos.
Además, es más sostenible porque se pueden usar "disolventes verdes" como el CO2.
Impregnación de materiales con biocidas naturales
El centro tecnológico Ainia, en colaboración con AITEX, estan desarrollando una investigación (Proyecto IMCO2FUN: Incorporación de aditivos funcionales mediante impregnación con CO2 supercrítico en materiales textiles y de uso alimentario) acerca de los procesos de impregnación de materiales de uso frecuente en los ámbitos alimentario y textil con agentes biocidas naturales, mediante la tecnología de fluidos supercríticos (FSC's).
En el sector alimentario esta estrategia puede ayudar al control antimicrobiano, mediante la incorporación de antimicrobianos, y a alargar la vida útil de los productos, mientras que en el sector textil puede incrementar la durabilidad de los tejidos y ampliar los usos en aquéllos donde el control de la proliferación microbiana sea crítico.
Los principios activos a introducir en los nuevos productos o materiales poliméricos se caracterizan por ser sustancias de origen natural, que registran un comportamiento biocida frente a determinados agentes patógenos.
Un agente biocida ideal para aplicaciones textiles debe mostrarse efectivo durante el tiempo de vida útil del producto, presentando una notable actividad frente al máximo espectro posible de microorganismos a controlar. Además, la dosis necesaria debe ser lo más baja posible para favorecer la economía del proceso y para evitar la generación de efectos indeseables sobre las propiedades del producto final, sobre las personas o el medio ambiente.
En aplicaciones alimentarias, se requieren las mismas propiedades, pero los aspectos relativos a la toxicidad aguda y acumulada cobran especial importancia.
El uso de materiales poliméricos con capacidades biocidas puede aumentar la durabilidad de productos variados frente a la agresión de microorganismos o ayudar convenientemente a reforzar su control en sectores en que este factor es crítico (especialmente relacionado con el área de salud y alimentación: envases, apósitos, salas blancas, etc.).
Estos resultados se pueden aplicar directamente en materiales de envase, revestimientos de superficies, ropa laboral, de baño o de cama, para animales domésticos, materiales técnicos sanitarios o de sectores industriales como el náutico, la automoción, aeronáutica o el militar, juguetes o revestimientos de lugares públicos, etc.
Fuente: Ainia