La exposición continua a una baja calidad ambiental interior es un problema de salud pública, que, además de los costos sanitarios, se estima que en la Unión Europea supone unos 80.000 millones de euros anuales por bajas laborales. El proyecto INTASENSE, financiado por la UE, está desarrollando tecnologías para asegurar la monitorización y el control de la calidad en ambientes interiores, en particular en edificios energéticamente eficientes.
Tecnologías para la monitorización y control de la calidad en ambientes interiores
INTASENSE es un proyecto de colaboración financiado por la Unión Europea en el programa de Energy Efficient Buildings PPP (Public Private Partnership), que agrupa 8 organizaciones de 5 países diferentes, entre ellas el Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas (CEIT-IK4) de San Sebastián.
El proyecto tiene por objetivo desarrollar una herramienta de monitoreo de la calidad del aire interior, para apoyar el uso eficiente de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado en los edificios, a la vez que se obtiene un ambiente de trabajo saludable, que mejore la salud, la calidad de vida y la productividad de los ciudadanos de la UE.
La idea de INTASENSE es integrar varios principios de detección en varios elementos sensores, que utilizando las ventajas de las micro- y nano-tecnologías puedan ser integrados en una única plataforma común y dar lugar a un sistema miniaturizado, de bajo costo y que sea capaz de dar una medida de la calidad de aire, e identificar la naturaleza de los contaminantes.
Para ello, se está desarrollando un sistema inteligente de monitoreo de la calidad del aire con capacidad de comunicación inalámbrica, que puede interactuar con los sistemas de ventilación y tratamiento del aire, y maximizar su eficiencia y eficacia energética.
Asimismo, una combinación de sensores de detección a micro- y nano-escala permitirá monitorizar de manera fiable determinados contaminantes clave en el aire, midiendo las concentraciones, lo que permitirá compararlas con aquellas que se consideran nocivas para la salud.
El proyecto, que lleva dos años en marcha y al que le queda todavía uno más, busca desarrollar una tecnología de bajo costo, para que las empresas o establecimientos puedan colocar los sensores en todas sus estancias.
Fuente: Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas (CEIT-IK4)
