Un estudio realizado en la Universidad de Strathclyde (Escocia) ha investigado la presencia de la bacteria Legionella en el compost (abono orgánico) comercializado en Reino Unido. El estudio ha puesto de manifiesto la presencia de esta bacteria en 14 de 22 marcas de compost analizadas, por lo que consideran que este producto puede ser una fuente potencial de infección.
Legionela en productos de compostaje
Durante los últimos cinco años se han detectado en Escocia algunos casos de infecciones por Legionella longbeachae asociados al uso de compost. No obstante, los estudios realizados hasta ahora sobre otras fuentes de infección de legionelosis diferentes a los sistemas de agua son muy limitados.
Investigadores de la Universidad de Strathclyde en Escocia analizaron de forma exaustiva por primera vez la presencia de especies de la bacteria Legionella en muestras de 22 marcas de compost comercializado en el Reino Unido, una muestra de compost a base de residuos verdes y una de compost casero, y han hallado que este producto podría ser una fuente potencial de infección.
Según la Dra Tara K. Beattie, determinados microorganismos causantes de enfermedades, entre ellos la Legionella, están extendidos en el medio ambiente, por lo que no es sorprendente que especies de ésta bacteria esten presentes en el compost y que éste pueda ser origen de infecciones, como ya ha sucedido en países como Australia y Nueva Zelanda.
Compost,W.Commons |
" En el Reino Unido y en toda Europa, el compost tradicionalmente se ha compuesto de turba, mientras que el serrín y la corteza se usan con más frecuencia para producirlo en Australia y Nueva Zelanda, donde la legionelosis asociada a este producto es más común. Puede ser que un cambio en la composición del compost en el Reino Unido, alejándose de los productos a base de turba, esté dando lugar a la presencia de especies como Legionella longbeachae en el compost y, por tanto, podrian ocurrir más infecciones", afirma Beattie.
En total 15 de los 24 compost analizados dieron positivo a la presencia de Legionella spp, un nivel de contaminación más alto que el que se ha visto anteriormente en Europa. Se identificaron dos cepas de L. pneumophila, mientras que L. longbeachae Sg 1, asociada a casos de legionelosis en humanos, resultó ser una de las especies más frecuentemente aisladas. La presencia de Legionella en más de la mitad de las muestras analizadas indica que el abono podría suponer un riesgo para la salud pública.
Los investigadores afirman que es necesario un estudio a mayor escala, que abarque una gama más amplia de productos de compost, para determinar si estos organismos, algunos patógenos y otros no, estan tan extendidos en el compost como éste estudio inicial sugiere.
Beattie destaca, sin embargo, que a pesar de que la Legionella parece ser común en el compost, la infección humana a través del mismo es muy rara, sobre todo si se tiene en cuenta el volúmen de compost vendido y utilizado.
No obstante, con cualquier fuente potencial de infección es necesario tomar precauciones. Los casos de infecciones en Australia y Nueva Zelanda relacionados con el compost han dado lugar a que, en estos países, se etiqueten advertencias de higiene en los envases de abono, como el lavado de manos después de manipular el producto, usar guantes, abrir las bolsas de compost en lugares bien ventilados o utilizar una máscara antipolvo. Esta medida de prevención también deberia ser considerada, según el estudio, por los fabricantes en el Reino Unido.
El estudio se ha publicado en la revista Clinical Microbiology and Infection: Legionella spp. in UK composts – a potential public health issue doi/10.1111/1469-0691.12381
Fuente: Strathclyde University