La Asociación de Neumólogos del Sur (NEUMOSUR), con sede en Sevilla, ha recomendado escoger bien las piscinas y exigir el correcto mantenimiento de las mismas, ya que nadar en agua con exceso de cloro puede aumentar las posibilidades de que los niños desarrollen síntomas asmáticos. El riesgo es mayor en niños menores de 6-7 años que acuden regularmente a instalaciones excesivamente cloradas, cubiertas, con elevada temperatura del agua y con malas condiciones higiénicas de los nadadores.
Piscina si, pero en buenas condiciones
NEUMOSUR no desaconseja que los niños acudan a las piscinas pero aconseja a los padres poner atención a las condiciones de las mismas.
Igualmente les recomiendan no dejar a los niños un tiempo demasiado prolongado en el agua y vigilar que
Imagen:Daquellamanera |
no la ingieran. Los niños menores de 6-7 años son especialmente vulnerables ya que suelen chapotear e inhalar y deglutir más aerosoles y gotas de agua.
El agua de la piscina contiene cloramina, una sustancia que puede lesionar el epitelio pulmonar y provocar los síntomas asmáticos, como tos, pitos en el pecho y ahogo, o desencadenar asma en niños predispuestos.
La cloramina se produce al mezclarse el ácido hipocloroso, desinfectante resultante de añadir cloro al agua, y la materia orgánica que ésta contiene, como sudor, saliva u orina.
Es importante que las instalaciones y normas de uso de las mismas garanticen buenas condiciones higiénicas, como el uso de pañales adecuados para bañarse los niños pequeños o un correcto aseo de los usuarios antes de bañarse.
NEMOSUR indica que los pulmones de los niños, cuanto más pequeños son,
más vulnerables resultan a los irritantes como el cloro, y recomienda
especial atención a los lactantes.
Natación y asma
El asma afecta a más de 300 millones de personas en el mundo y es la causa más frecuente de enfermedad infantil crónica.
NEMOSUR afirma que la natación puede ser un deporte adecuado para los asmáticos pero es importante seguir las normas dispuestas por el médico ya que los bronquios de estos pacientes pueden responder de
forma exagerada a estímulos externos.
Sustancias
irritantes como el cloro pueden hacer que sus bronquios “se cierren” y
provoquen los síntomas asmáticos o desencadenar un asma “latente” en
sujetos predispuestos (atópicos). De igual forma, puede ocurrir este
hecho ante cambios bruscos de temperatura como tirarse bruscamente en
un agua muy fría.
Fuente: NoticiasMedicas