El sector del turismo tiene un impacto grande en la generación de residuos, ya que en general los turistas pueden llegar a producir hasta el doble de residuos que los habitantes locales. Sin embargo, municipios de todo el mundo están aplicando con éxito las mejores prácticas en la gestión y la prevención de residuos, incluso en lugares muy turísticos.
Residuos cero en destinaciones turísticas
Los lugares con gran afluencia de turistas ven a menudo afectada su gestión de residuos, por ejemplo debido a un alto consumo de plásticos de un solo uso o una mayor generación de residuos sólidos.
Pero esto no tiene porqué ser así. Muchos municipios están trabajando por el residuo cero en los destinos turísticos, aplicando con éxito las mejores prácticas en la gestión y la prevención de residuos. La ONG Zero Waste Europe, fundada en el 2013 y con sede en Bruselas explica algunos ejemplos de estos modelos.
Por ejemplo, la isla de Cerdeña que en el pasado fue una de las regiones con peor desempeño en la gestión de residuos, ahora es una de las mejores de Italia. La producción de residuos en Cerdeña se redujo drásticamente mediante la introducción de una serie de regulaciones, como la recolección separada obligatoria de bioresiduos, un aumento del impuesto sobre vertederos, la implantación del puerta a puerta como modelo de recogida selectiva e incentivos destinados a premiar aquellos municipios con altas tasas de separación.
Otra isla turística, Zlarin, se convirtió en la primera isla croata libre de plástico. En colaboración con el movimiento Break free from plastic, activistas locales de Zlarin han presionando fuertemente por las alternativas al plástico de un solo uso, trabajando junto con organizaciones sin fines de lucro, empresas locales y autoridades para impulsar soluciones y políticas ecológicas, como las bolsas reutilizables y el agua del grifo en lugar de agua embotellada.
También grandes ciudades con una elevada tasa de turismo están trabajando con éxito en mejorar su gestión de residuos. Por ejemplo, la ciudad de Milán comenzó a implementar en el 2011 un sistema para recolectar por separado los residuos orgánicos. Diez años después la ciudad alcanzó los 95 kg de biorresiduos recogidos por habitante y una tasa del 62% de recogida selectiva. Se pusieron en marcha tres sistemas de recogida diferentes: un sistema de recogida especial para restaurantes, hoteles y actividades comerciales, uno para los hogares y otro dedicado a los mercados al aire libre. Al separar y recolectar los desechos orgánicos, la cantidad total de desechos residuales disminuye, con los consiguientes beneficios para el medio ambiente.
También en las playas de Barcelona y áreas costeras cercanas a la ciudad, que experimentan un aumento del 40% en la generación de residuos durante el verano, se implementó el proyecto Zero Waste Beaches con el objetivo de reducir los residuos generados por los altos volúmenes de turistas que visitan estas playas. En el Mediterráneo, el 80% de la basura marina proviene de fuentes terrestres y el 80% de ésta es plástico.
Durante el verano de 2019, en colaboración con las administraciones públicas, Rezero y Eco-union probaron tres estudios piloto con el Área Metropolitana de Barcelona para reducir los residuos en las playas, que se han ido implantando progresivamente: la prohibición de fumar, un sistema de depósito para la devolución de envases de bebidas y actividades de sensibilización entre los usuarios de la playa para dar a conocer buenas prácticas que pueden seguir para prevenir la contaminación del mar y las playas con basura. Estas estrategias redujeron la recolección de colillas de cigarrillos en un 80%, mientras que a través del sistema de depósito se recolectaron 900 envases de media por semana.
Fuente: zerowastecities.eu