El I Congreso de Bioarquitectura celebrado recientemente en Barcelona incidió en temas relacionados con la calidad del aire interior en edificios, destacando aspectos como una concentración entre 3 y 5 veces mayor de sustancias contaminantes en el aire interior que en el exterior. La bioarquitectura expone maneras de construir que permiten vivir mejor.
I Congreso de Bioarquitectura
"Tóxicos que esconden los materiales constructivos, los muebles, las pinturas, detergentes o ambientadores que gastamos; hongos por humedad y falta de luz o ventilación, radiaciones naturales, como el radón, y artificiales, como las provenientes de la red eléctrica, transformadores o los propios sistemas, como el wifi, de los que nos dotamos para hacernos la vida más cómoda ... Los edificios que habitamos esconden trampas, en ocasiones mortales, tener conciencia de ello puede ayudarnos a crear ambientes realmente saludables para nuestras familias ...."
Expertos en Bioarquitectura debatieron recientemente en el Colegio de Arquitectos de Catalunya la relación entre arquitectura, clima y salud.
Además de criterios de ahorro, eficiencia energética o emisiones de CO2, la bioarquitectura va mucho más allá y se plantea los efectos nocivos que las edificaciones pueden tener sobre las personas, y como minimizarlos.
El aire interior, más contaminado que el exterior
Según la bióloga especializada en salud y hábitat Isabel Silvestre, "el aire del interior de los edificios puede tener de dos a cinco veces más concentración de elementos contaminantes que el del exterior, tanto en las casas como en oficinas o escuelas. Y nuestro estilo de vida actual hace que pasemos más de un 80% del tiempo en estos espacios".
"Este aire contiene bacterias y hongos como la legionela, pero también compuestos orgánicos volátiles y persistentes, elementos químicos y radiaciones que hacen que, en conjunto, se hable de edificios 'enfermos'.
Durante años, a menudo se ha edificado sin tener en cuenta si los materiales empleados podían tener efectos sobre la salud, y en 1984 la Organización Mundial de la Salud ya afirmó que uno de cada tres edificios del planeta nos pueden estar perjudicando.
Los efectos son variados y de diferente intensidad, desde irritaciones oculares o de las vías respiratorias a malestar general, somnolencia o insomnio. Pero también enfermedades más graves, como la lipoatrofia circular relacionada con las corrientes eléctricas, o el cáncer. Y se calcula que un 10% de los cánceres de pulmón se originan por la calidad del aire del interior de las viviendas."
Además del aire, factores como la temperatura, la humedad, la luz solar, la ventilación, los productos tóxicos o la vegetación tienen influencia sobre la salud de las personas que habitan los edificios. La ventilación tiene también un papel fundamental no sólo para renovar el aire, sino también para eliminar las cargas eléctricas que se acumulan.
Tóxicos y radiaciones
Vivimos rodeados de un mar de sustancias tóxicas y de campos electromagnéticos. Y los efectos de unos y otros siempre parecen generar discrepancias incluso dentro de la propia comunidad científica.
En el caso de los productos tóxicos, presentes tanto en los materiales de construcción y los muebles como los productos de limpieza o los ambientadores, el problema es que se autoriza la comercialización sin haberlos testado adecuadamente, y es sólo a posteriori y cuando se demuestra que tienen efectos nocivos que se puede luchar para que se retiren. El caso del amianto es muy ilustrativo: pasaron décadas desde que se descubrió su toxicidad hasta que finalmente se prohibió no hace todavía diez años.
También generan discrepancias los efectos negativos de las radiaciones sobre la salud. Investigaciones realizadas por el biólogo Manuel Portolés muestran las consecuencias de vivir cerca de las antenas de telefonía móvil: fatigas, vértigos, alteraciones del sueño y de la memoria ...
Portolés vaticina además que "en los próximos años sabremos también más cosas sobre otras redes inalámbricas, como las wifi, que el Consejo de Europa ya se está planteando prohibir en las escuelas."
También se expuso en el evento la importancia de las radiaciones geológicas, y la necesidad de estudiar las energías que emanan del suelo, especialmente allí donde hay fallas o cursos de agua subterráneos, especialmente por la toxicidad del gas radón, a la hora de diseñar un edificio y, sobre todo, los espacios donde se pasan más horas, como los dormitorios y las salas de estar.
Efectos del edificio enfermo
En muchos casos no hay un efecto directo e inmediato entre las causas y las enfermedades que se desencadenan, sino que se trata de mecanismos indirectos de reacción del organismo, muy a menudo por acumulación de pequeñas dosis. El médico Pablo Arnold afirma que un edificio 'enfermo' puede afectar al funcionamiento psico-neuro-inmunológico y descontrolar el funcionamiento de todo el organismo, incluidos el sistema digestivo y la función respiratoria, y causar alteraciones en la presión arterial y la temperatura corporal.
Conferencia y taller práctico Bioarquitectura Mediterránea (BAM) 2012
De todos estos temas se continuará hablando en la conferencia BAM 2012, Bioarquitectura Mediterránea, con un planteamiento participativo y abierto a muchos públicos que ya pueden colaborar desde la web. El evento tendrá lugar los dias 17-19 de mayo 2012 en Barcelona.
Fuente: Sostenible.cat
Comentarios
Isabel Silvestre....? ¿No te
Isabel Silvestre....? ¿No te estarás refiriendo a Elisabet Silvestre? Autora de "Tu casa sin tóxicos" entre otros....