El uso de piensos esterilizantes para el control de palomas urbanas es una opción polémica

El uso de piensos esterilizantes para el control de palomas urbanas es una opción polémica

palomas

Administrar piensos esterilizantes para controlar poblaciones urbanas de palomas es un método por el que optan algunas ciudades y municipios, en los que estas aves provocan un exceso de suciedad y estropean el mobiliario urbano. Si bien se argumenta que es un método más eficiente que la captura,  desde el punto de vista ecologista se desaconseja, por falta de conocimientos científicos sobre su impacto sobre otras especies y el medioambiente.

 

El uso de piensos esterilizantes para el control de palomas urbanas es una opción polémica

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Reducir la natalidad de palomas en espacios urbanos mediante sustancias anticonceptivas es una opción discutida.

Por una parte se considera una manera más ética de controlar las poblaciones de estas aves que la captura y el sacrificio. Además, parece tener, a medio y largo plazo, una eficacia mayor y un efecto más permanente que las capturas, que reducen sólo temporalmente el número de aves. Y por tanto, también resultaría más económico a medio y largo plazo.

Diversas son las ciudades y municipios que han utilizado o utilizan los piensos esterilizantes. Recientemente, también el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado el proyecto de administrar a las palomas urbanas una sustancia que inhibirá su capacidad reproductora, la nicarbazina, colocando comederos con pienso esterilizante en todos los distritos de la ciudad, especialmente en zonas con poblaciones muy densas. Con este tratamiento se espera reducir la población de palomas en la ciudad un 20% el primer año y un 70% a partir del cuarto.

Hasta aquí, parece una opción con ventajas, tanto para las palomas como para los ciudadanos.

No obstante, la Sociedad Española de Ornitología, SEO/BirdLife, ha desaconsejado el uso de piensos esterilizantes para el control de palomas urbanas. Su desaprobación se basa en dos puntos principales: por un lado la falta de información científica consolidada sobre su impacto en los animales y el medioambiente, y por otra la incertidumbre legal que envuelve el hecho de utilizar un fármaco veterinario para un uso biocida. 

Impacto medioambiental desconocido

SEO/BirdLife alerta sobre la posibilidad de que el pienso sea ingerido por otras especies, bien de forma directa o través de la cadena trófica. Es el caso de los halcones que, poco a poco, van colonizando ciudades como Madrid y Barcelona, y que se alimentan precisamente de este tipo de aves. La distribución de los piensos mediante dispensadores en parques y en la vía pública no solo podría causar que otras aves accedieran al pienso sino, incluso, que los propios usuarios de los espacios públicos, muy especialmente los niños, lo consuman de forma accidental.

La organización también subraya que no existen datos concluyentes sobre el impacto que las sustancias esterilizantes utilizadas, como la progesterona o la nicarbazina (fármaco veterinario que se emplea para el tratamiento de la coccidiosis en pollos de granja, una enfermedad intestinal), pueden tener a largo plazo en el ecosistema. Es posible que sean transportadas por el agua de lluvía hasta los ríos, afectar la flora bacteriana de las depuradoras o tener efectos nocivos sobre la fauna de espacios urbanos acuáticos.

Incertidumbre legal del uso de fármacos veterinarios como biocidas

Tanto la progesterona como la nicarbazina están actualmente autorizadas para su uso como fármacos veterinarios, y no están consideradas sustancias biocidas, de acuerdo al Reglamento Europeo 528/2012 sobre biocidas, ni incluidas en la lista de sustancias biocidas autorizadas en Europa. Sin embargo, al utilizarse como método de control de plagas, deberían ser consideradas sustancias biocidas. Su uso se ampara en la actualidad en que ambos compuestos están autorizados como fármacos veterinarios.

SEO/BirdLife expone sus dudas sobre la posibilidad de que una autorización veterinaria pueda extenderse a un control biológico de especies, y recuerda que también está en vigor el Real Decreto 465/2003 sobre uso de sustancias indeseables en alimentación animal, y que esta norma limita el uso de la nicarbazina en piensos a una dosis máxima de 0,5 mg/kg, referido a un contenido de humedad del 12%. Si no es posible controlar la dosis que va a ser suministrada a las palomas, al parecer no podría emplearse este compuesto.

Limitar agua, alimento y cobijo, unido a la concienciación ciudadana

Antes de introducir compuestos químicos de este tipo en el medio ambiente, SEO/BirdLife considera imprescindible disponer de información científica consolidada sobre los posibles efectos secundarios, tanto en el medio como en otras especies. La organización defiende un control de especies basado en la limitación de agua, alimento y de los lugares de nidificación, asegurando que estas medidas no afectan a otras especies.

Todo ello, unido a un programa de concienciación ciudadana.  Y es que no alimentar a las palomas es el mejor sistema para controlar su presencia en las ciudades, como concluyeron los expertos Juan C Senar, Tomás Montalvo, Jordi Pascual y Victor Peracho en su estudio  Reducing the availability of food to control feral pigeons: changes in population size and composition.

 

Fuente: SEO BirdLife

Imagen: F.González

 

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