La calidad del aire interior en los taxis

La calidad del aire interior en los taxis

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La calidad del aire interior es un factor que no sólo afecta a oficinas o viviendas. Un ejemplo de ello son los vehículos destinados al servicio de taxi, en los que mantener un ambiente saludable es importante para cuidar la salud, principalmente de los conductores pero también de los pasajeros. El IDAEA acaba de publicar el primer estudio sobre la calidad del aire interior en taxis de Barcelona, vehículos que se desplazan durante gran parte del dia por escenarios con un elevado grado de contaminación.

 

La preocupación por la calidad del aire en interiores y su incidencia en la salud va abarcando nuevos espacios, más allá de los edificios, por ejemplo, los medios de transporte. Desde hace unos años, se investiga la calidad del aire en el interior de las instalaciones del metro, tranvia y también en autobuses urbanos. Ahora le ha tocado el turno al taxi.

Teresa Moreno, directora del Institut de Diagnòstic Ambiental i Estudis de l'Aigua (IDAEA-CSIC) e investigadora en toxicologia ambiental, ha liderado algunos de estos proyectos y acaba de presentar el primer estudio sobre la calidad del aire interior en los taxis. En este documento se estudian las variaciones en la calidad del aire que se experimenta al viajar en taxi por Barcelona, un modo de transporte clave en la ciudad.

Es sabido que los pasajeros de automóviles pueden estar expuestos a niveles significativamente mayores de partículas inhalables (PM10, PM2.5 y PM1: partículas en suspensión con un diámetro inferior a 10, 2.5 y 1µm respectivamente ) y gases (CO, CO2, NO, NO2, COV). El caso de los taxistas es además especial, ya que están expuestos crónicamente a los contaminantes del aire relacionados con el tráfico, como un riesgo laboral. Este medio de transporte es también particular debido a que las flotas de taxis actuales utilizan opciones diversas de combustible, incluidos vehículos híbridos y eléctricos, que generan patrones distintos de emisiones contaminantes.

Si bien la mayoría de las flotas de taxis de Barcelona están dominadas por los motores tradicionales de gasolina o diesel, esto está cambiando rápidamente. En 2017, por ejemplo, un tercio de los 10,523 taxis que operaron en la ciudad utilizaron combustibles alternativos, con una composición de flotas de 67% diesel, 26% híbrido, 6% de gas licuado de petróleo (GLP, principalmente propano y butano), 0,4% Gas natural comprimido (GNC, metano y etano) y 0.3% eléctrico.

El objetivo del estudio fue estudiar la calidad del aire en el interior de 14 pares de taxis (diesel/ no diesel), que operaron simultáneamente y en condiciones de trabajo normales durante seis horas de días laborables (10.00h a 16.00h) en la ciudad de Barcelona. 

Conclusiones del estudio

En base a las mediciones realizadas en condiciones reales de la calidad del aire que experimentan los taxistas y sus pasajeros viajando día a día a través de una ciudad congestionada por el tráfico, como es Barcelona, el estudio refuerza la importancia crítica de las tasas de intercambio de aire y de un uso inteligente de la ventilación interior del vehículo.

A pesar del alto volumen de tráfico en el centro de la ciudad, e incluso con un predominio de vehículos diesel en la calzada, los taxis conducidos bajo condiciones de ventilación cerrada pueden suprimir los niveles medios de partículas ultrafinas (UFP) a alrededor de N = 10,000 # / cm3 o menos. Estos niveles son considerablemente más bajos que los valores reportados para las partículas ultrafinas respiradas cuando se viaja en transporte público (autobús, metro, tranvía) en la misma ciudad .

En contraste, si las ventanas de los taxis se dejan abiertas, los valores medios de N aumentan por encima de 20,000 y pueden acercarse a 100,000 # / cm3, con exposiciones máximas transitorias capaces de exceder N = 1,000,000 # / cm3. De manera similar, los niveles medios de  LDSA (depósito de partículas en las vías aéreas) pueden aumentar de <20 µm2 / cm3 en condiciones cerradas a > 200 µm2 / cm3 con las ventanas abiertas y con niveles máximos transitorios que superen los 1000 µm2 / cm3.

La mayoría de partículas ultrafinas que se infiltran en la cabina del taxi desde el exterior proceden de la combustión de hidrocarburos, un proceso en el que se producen partículas en modo de nucleación con un tamaño en el rango 10–20 nm. La rápida transformación de estas emisiones a partículas en modo de acumulación, con un tamaño mayor, por procesos como la coagulación en el microambiente confinado del interior del vehículo donde se impide el efecto de dilución, quedan reflejados en el tamaño medio de 30–60 nm de las partículas ultrafinas registradas en el estudio, 

Contaminación de los propios vehículos

El tamaño medio de las UFP siempre fue mayor en el interior de los vehículos diesel en comparación con los taxis que funcionan con otros sistemas de combustible. Se  considera que en este hecho interviene la influencia de la autocontaminación dentro de los vehículos, ya que las partículas emitidas por los motores diesel  (20–130 nm) son de un tamaño mayor que los de gasolina (20–60 nm).

También refuerza esta teoria el registro de concentraciones de carbono negro (BC) y CO en los vehículos, registrandose casi el doble de BC dentro del vehículo diésel , en condiciones similares al vehículo de gasolina. Las concentraciones más altas de CO (> 2 ppm) se asociaron más comúnmente con los taxis diesel más viejos con> 500,000 km .

La calidad del aire interior en los taxis

Las concentraciones de PM10 medidas dentro de los taxis fueron variables, pero promediaron 67 µg / m3, lo que es más del triple del fondo urbano para el mismo período y se atribuye principalmente al aumento de los niveles de carbono orgánico y elemental. La fuente principal de las PM10 medidas dentro de los taxis fue el escape del vehículo,  seguida de las partículas que no son del sistema de escape sino que son emitidas por el desgaste del vehículo.

Las trazas de metal en las PM10 recolectadas dentro de los taxis mostraron concentraciones más elevadas que el fondo urbano en Cr (cromo), Cu (cobre), Sn (estaño), Sb (antimonio) y grupos de Zr (circonio), atribuibles principalmente a partículas de los frenos.

Compuestos orgánicos volátiles (COVs)

Los COVs medidos dentro de los taxis están dominados por el 2-metilbutano y el n-pentano, el origen de los cuales se presume que es la combustión de combustibles de hidrocarburos ligeros. Otros COVs comunes incluyen el tolueno, m-xileno, o-xileno, 1,2,4-trimetilbenceno, etilbenceno, p-xileno, benceno y 1,3,5-trimetilbenceno, todos considerados como emisiones de escape provenientes de una mezcla de combustibles. 

El taxi más nuevo (alimentado con gas natural) registró el mayor contenido de alcanos y compuestos aromáticos, posiblemente debido a la eliminación de gases del propio vehículo, mientras que la composición de COVs dentro de un taxi eléctrico cerrado estuvo fuertemente influenciada por la presencia de un ambientador.

La calidad del aire interior en los taxis

 

Las concentraciones de dióxido de carbono se mantuvieron alrededor de los niveles ambientales (400 ppm) con las ventanillas del taxi abiertas, pero se elevaron rápidamente a niveles indeseables en condiciones de ventilación cerrada. Por ejemplo, un período de 33 minutos fue suficiente para alcanzar una concentración de CO2 de 2500 ppm y se mantuvo por encima de ese nivel durante 4,5 h del período de monitoreo de 6 h.

Concienciarse del problema

Durante su jornada de trabajo, los taxistas están continuamente expuestos a concentraciones altas de partículas inhalables, derivadas tanto de las fuentes de escape de los vehículos como otras que no los son. Sin embargo, parece que solo existe una conciencia limitada de los riesgos asociados con respirar aire de mala calidad, como lo demuestra el hecho de que la mayoría de los taxistas en el estudio optaron por conducir a través de la ciudad con las ventanas abiertas, por lo que, sin saberlo, respiraron concentraciones altas de partículas ultrafinas, nocivas para la salud.

Esta situación se aplica también al peligro de los contaminantes que, como el CO2, se generan en el interior del taxi y que deben ser ventilados de forma breve pero regular, preferiblemente en condiciones ambientales exteriores relativamente limpias.

Según se concluye en el estudio, la comunidad de taxistas se beneficiaría claramente de iniciativas de concienciación diseñadas para ayudarles a comprender mejor el valor de unas buenas prácticas respecto a la calidad del aire interior en los vehículos, y así animarles a tomar medidas para reducir la exposición a los contaminantes del aire tanto para ellos como para sus pasajeros.

 

Fuente: Vehicle interior air quality conditions when travelling by taxi, Environmental Research

 

 

 

 

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