Dolor de cabeza, ganglios inflamados, estado febril... pueden ser considerados algunos de los síntomas de la llamada alergia al aire acondicionado. Es lo que ocurre a menudo cuando alguien pasa demasiado tiempo expuesto a ambientes donde no hay buena ventilación y estos aparatos marcan toda la circulación del aire.

De este tema se ha hablado largamente en Higiene Ambiental y entra dentro de lo que se suele llamar síndrome del edificio enfermo. Pero... ¿hay otros entornos donde podemos llegar a tener problemas similares? La respuesta es positiva y diremos que puede ocurrir en cualquier lugar con características similares a las descritas. ¿Un ejemplo? El coche.

En el texto ¡Que corra el aire!, publicado en Runners, hablan del síndrome del coche enfermo y lo describen en términos similares a los del síndrome del edificio enfermo. Para la mayor parte de las personas puede ser un problema menor, ya que el coche suele utilizarse como un simple medio de transporte temporal (de casa al trabajo, de casa al supermercado...). Para otros, en cambio, se trata de un tema con mucha más importancia porque el coche en si es su propio entorno de trabajo. Estamos hablando de taxistas, conductores de autobús, camioneros, etc.

Los consejos son los mismos que se ofrecen a los habitantes de un edificio enfermo: el aire acondicionado está muy bien, pero de vez en cuando abra la ventanilla y deje que el vehículo se ventile con aire natural. Ah, y si puede evitarlo, no fume.