El control de arañas no es una actividad tan habitual como el de cucarachas o roedores pero en ocasiones puede ser relevante conocer cuándo y cómo es necesario aplicar medidas de control frente a algunos arácnidos. Para ello, os recomendamos un nuevo trabajo de Mikel Alexander González y otros autores, en el que se dan a conocer la biología y medidas de control de Loxosceles rufescens, la única especie de araña de preocupación para la salud pública en España.
Control de arañas, el caso de Loxosceles rufescens
Las arañas despiertan generalmente aversión o miedo, aunque en realidad su capacidad para dañarnos es muy limitada. En la Península Ibérica se han descrito alrededor de 1.400 especies de arañas, de las cuales, solo tres especies son capaces de provocar cuadros clínicos complejos y tan solo una, Loxosceles rufescens, puede considerarse como de preocupación para la salud pública. No obstante, es importante conocer la biología, el comportamiento y las estrategias de control de esta especie de araña sinantrópica, de mordedura venenosa, cuya aparición resulta cada vez más evidente.
Así lo explican los expertos Mikel Alexander González, Carlos Pradera, Rubén de Blas, Juan Emilio Testa, Miguel Ángel Miranda y Carlos Barceló en su reciente trabajo "Descripción de cuatro casos por mordedura de araña atribuibles a Loxosceles rufescens (Araneae, Sicariidae) en España: revisión bibliográfica, identificación, biología, vigilancia y control integrado".
Se trata de un artículo que presenta la problemática que las mordeduras de L.rufescens pueden representar para las personas, ilustrándola con cuatro ejemplos de diferente clínica y evolución, así como información sobre la identificación, biología, vigilancia y control integrado de estos artrópodos de interés, entre otros, para las personas profesionales del control de plagas.
Asimismo, en el artículo se hace hincapié en la importancia de incluir a esta especie de araña en los programas de vigilancia y control de plagas urbanas, ya que se trata de un problema de repercusión en la salud pública del ámbito privado y público. Por lo que los autores recomiendan a las empresas de Sanidad Ambiental tener en cuenta a L.rufescens en sus visitas rutinarias de control.
A continuación os destacamos algunos aspectos relevantes relacionados con el control de arañas de esta especie y os animamos a leer el artículo completo.
La araña violín
L. rufescens, también conocida vulgarmente como araña violín, araña de los cuadros o reclusa parda, es una araña esbelta, de tonos marrones, con patas largas y finas. Como puede apreciarse en la siguiente fotografía, con las patas estiradas los adultos pueden alcanzar varios centimetros de longitud.
Macho subadulto de L. rufescens / Mikel A. González
¿Cómo identificarla?
La identificación de esta especie es relativamente sencilla ya que presenta dos características que la hacen única:
- el dibujo o mancha oscura en forma de violín, observable a simple vista, que tiene en su prosoma arqueado
- en lugar de los 8 ojos que poseen la mayoría de arañas, L. rufescens solo tiene 6 ojos, dispuestos en 3 grupos de 2 ojos cada uno, una característica que puede observarse con una lupa o fotografiando la araña con un objetivo macro.
L. rufescens: detalle de los 6 ojos formando una única línea y agrupados en 3 grupos de dos ojos cada uno, situándose un par centralmente y los otros dos lateralmente / Mikel A. González
L. rufescens: detalle del prosoma arqueado con una mancha oscura en forma de violín / Mikel Alexander González
Posiblemente de origen norteafricano, L. rufescens está ampliamente extendida a nivel global, tiene un gran potencial invasor y desde hace algunas décadas muestra tendencias de expansión en Europa. En España, está ampliamente distribuida en la mitad sur de la Península Ibérica y Baleares, y en menor medida en el norte peninsular.
En España, se la considera como una especie potencialmente peligrosa porque es sinantrópica, habitando a menudo en el interior de hogares y lugares de trabajo, y sus mordeduras, que suelen ocurrir en el interior de edificios, pueden causar ocasionalmente lesiones cutáneas necróticas y/o complicaciones sistémicas graves. No obstante, L. rufescens no es una araña agresiva, sino más bien huidiza, y sus mordeduras son infrecuentes.
¿Qué lugares prefiere L.rufescens?
L. rufescens es una araña solitaria, errante y nocturna, que tiene mayor movilidad en primavera y verano. Una vez que coloniza edificios humanos, la araña violín tiene preferencia por lugares tranquilos y oscuros, donde puede permanecer inmóvil durante largos periodos de tiempo y sobrevivir de 3 a 5 meses sin comida ni agua. En el interior de los hogares se instala bajo muebles de cocina, detrás de los rodapiés, en muebles de baño o detrás de armarios. También se la puede encontrar en sótanos, áticos, falsos techos o almacenes, y al aire libre en leñeras, graneros o muros de piedra con grietas y hendiduras.
Su telaraña es irregular y caótica, y puede alcanzar el tamaño de un palmo.
¿Cómo vigilar su presencia en interiores?
Actualmente no se dispone de herramientas específicas para la monitorización de arañas de este género, sin embargo Loxosceles rufescens puede encontrarse típicamente conviviendo en los mismos lugares que los blatodeos (cucarachas y termitas), por lo que los autores aconsejan aprovechar los dispositivos adhesivos empleados para la vigilancia rutinaria de blátidos (cucarachas) con el fin de evaluar la densidad de población y distribución de L. rufescens.
Para conseguir mejores resultados, la instalación de estas trampas debe dirigirse a lo largo de los zócalos, detrás de los muebles y electrodomésticos, en armarios, vitrinas y lavabos, detrás de los inodoros y en las partes menos alteradas de los edificios (áticos, sótanos). Las arañas violín suelen desplazarse por las paredes, por lo que las trampas deben colocarse lo más cerca posible de ellas.
Dispositivos adhesivos instalados en un domicilio con ejemplares de Loxosceles rufescens pegados a las cartulinas adhesivas junto a varios ejemplares de cucarachas / Carlos Pradera
Con infestaciones altas, no es raro que varios ejemplares queden atrapados en poco tiempo, junto a cucarachas y otros insectos. En ningún caso el empleo de estos dispositivos supone una solución al problema, ya que se requiere de un plan de control integrado, si bien es cierto que, ocasionalmente, puede ayudar a eliminar arañas.
Medidas de control de arañas L. rufescens
El empleo de las siguientes medidas, junto con inspecciones periódicas y tratamientos específicos, pueden ayudar a prevenir o reducir las poblaciones de estas arañas.
Medidas preventivas:
- las medidas correctoras de tipo higiénico-sanitarias deben ser aplicadas como primera barrera de prevención, es decir periódicamente reducir y asear los posibles lugares de refugio de estas arañas
- medidas preventivas generalistas (empleo de mosquiteras en rejillas de ventilación, sellado de grietas y aperturas con el exterior, evitar la acumulación excesiva de objetos en el suelo, etc.) para evitar la entrada de los arácnidos, así como de insectos que puedan servirles como fuente de alimento
Medidas correctivas:
- de tipo mecánico: la eliminación mecánica por aspiración de las arañas, telarañas y bolsas de huevos se propone como una posible medida físico-mecánica sencilla y de fácil aplicación. Las telarañas o bolsas de huevos pueden observarse con mayor nitidez en zonas oscuras con luz ultravioleta y una vez detectadas se puede proceder a su eliminación manual o pasando una espátula.
El empleo de dispositivos que emitan vapor o aire a alta temperatura se ha mostrado eficaz para el control de arañas tanto en su forma adulta como para los huevos, aunque estos últimos suelen necesitar mayor tiempo de aplicación de calor.
- de tipo biológico: las arañas del género Loxosceles pueden ser devoradas por salamanquesas u otros pequeños lagartos que entren en los edificios.
- de tipo químico: la aplicación de medidas de control químico deben ser empleadas cuando las anteriores no hayan sido capaces de resolver el problema o cuando las infestaciones suponen un riesgo potencial, que requiere de una respuesta inmediata.
El control químico con insecticidas, y especialmente los piretroides que actúan por contacto directo, se consideran eficaces para suprimir las poblaciones de arácnidos, pero la efectividad varía mucho en función de diversos factores. La mayoría de los estudios de eficacia han sido llevados a cabo con otras especies de araña como L. reclusa y prácticamente no hay estudios con L. rufescens. Sin embargo, en interiores la medida más recomendable y eficaz se considera la aplicación de insecticidas, autorizados en la UE para este uso, aplicados mediante pulverización en las zonas de descanso o refugio de las arañas. El control de Loxosceles puede realizarse mediante tratamiento con equipos de ultra-bajo-volumen
Aquí os dejamos el enlace a este interesante trabajo:
González MA, Pradera C, de Blas R, Testa JE, Miranda MA, Barceló C. Descripción de cuatro casos por mordedura de araña atribuibles a Loxosceles rufescens (Araneae, Sicariidae) en España: revisión bibliográfica, identificación, biología, vigilancia y control integrado. Rev Salud ambient. 2024(1):30-42.
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