What bugged the dinosaurs? Insects, disease and death in the Cretaceous es el título de un libro publicado este mismo mes de enero por George y Roberta Poinar, dos paleontólogos de la Universidad de Oregon (Estados Unidos), donde defienden una teoría que pudiera parecer peregrina: no fue un gran meteorito lo que terminó con los dinosaurios sino los insectos.
Uno de los pilares de esta teoría es el hecho de que los dinosaurios no desaparecieron de repente sino que tardaron centenares de miles de años, algo incompatible con la teoría de un gran impacto aislado. En todo caso, pudo haber tal meteorito pero desde luego no fue la única ni principal causa. Por otro lado, estos científicos han hallado restos de nemátodos y protozoos en los excrementos fósiles de dinosaurios, lo que podría indicar problemas de salud, disentería...
La publicación defiende pues la teoría de que los insectos transmitieron múltiples enfermedades a los dinosaurios que los fueron debilitando como especie, lo que debe sumarse a una propia competencia entre ambos por el alimento, no de modo directo sino por el hecho de que la presencia masiva de estos últimos contribuyo a cambiar el tipo de vegetación: de una rica en hierbas de pasto (que eran el principal sustento de los dinosaurios) a otra llena de plantas más grandes y flores.
George Poinar es internacionalmente conocido en los campos de la paleobiología, nematología y patologías de insectos. Fue consultor para las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. Por su parte, Roberta Poinar es una investigadora ya retirada. Ambos han publicado varios libros conjuntamente además del que acaban de presentar.
Fuente: La Malla.