Evitar las plagas en entornos alimentarios

Evitar las plagas en entornos alimentarios

seguridad alimentaria

Evitar las plagas en entornos alimentarios implica una línea de defensa bien mantenida en el tiempo. Dentro y fuera de las instalaciones existen aspectos de mantenimiento y saneamiento que pueden ayudar a limitar los atrayentes para las plagas y a controlar proactivamente su acceso al interior, con el fin de evitar que amenacen la calidad y seguridad de los alimentos.

 

La supervivencia de las plagas y su capacidad para infestar un entorno se basa en gran medida en la disponibilidad de tres factores: comida, agua y refugio. Insectos y roedores son resilientes en su búsqueda de entornos apropiados para desarrollarse, por lo que en las instalaciones donde se producen o manipulan alimentos es habitual que se produzcan presiones de plagas de una forma u otra.

Por la gran atracción que puede generar estos entornos, una línea de defensa bien mantenida es crucial para evitar que las plagas amenacen la calidad y la seguridad de los productos alimenticios.

Control integrado de plagas

Para proteger los alimentos frente a las plagas, es muy recomendable establecer, con ayuda de profesionales del sector, un programa de control integrado de plagas (CIP), en el que se evaluan las áreas de riesgo dentro de la instalación y se establecen tácticas, que combinan prácticas de exclusión, mantenimiento y saneamiento, para controlar proactivamente el entorno y limitar los atrayentes para las plagas. 

Si bien el profesional del control de plagas deberá intervenir en muchos aspectos del programa, hay ciertas tareas que la empresa alimentaria y sus empleados pueden hacer para evitar las plagas. Vamos a ver algunas de ellas.

Control en el exterior

Todo lo que sucede en el espacio circundante a las instalaciones es importante para que el programa CIP sea efectivo. Tener las áreas exteriores limpias y en buen estado de mantenimiento las hará menos atractivas para las plagas y será menos probable que acaben entrando en el interior.

El techo es un punto habitual de entrada para aves, roedores e incluso insectos, por lo que debe mantenerse en buen estado. Como precaución adicional, es mejor recortar las ramas de los árboles, si los hay, para que no toquen o cuelguen sobre el techo de las instalaciones. También las unidades de climatización ubicadas en el techo deben mantenerse limpias y con los filtros correctamente instalados, para evitar que atraigan insectos.

Las puertas son otro potencial punto de acceso para las plagas, por lo que deberian mantenerse cerradas mientras no entren o salgan envíos e instalar puertas de tiras de vinilo como barreras adicionales cuando las puertas deben estar abiertas.

La iluminación exterior puede ser un foco de atracción y, si es posible, deberia alejarse prudencialmente del exterior del edificio. Por ejemplo, tener una luz directamente sobre la puerta de acceso del personal puede atraer a los insectos voladores nocturnos y facilitarles acceso cada vez que se abren las puertas. Alejar las luces directas del edificio, proporcionando una cantidad segura de luz indirecta, minimizará la cantidad de insectos directamente alrededor del edificio.

Otro punto conflictivo clásico son los contenedores de basura y las áreas  de eliminación de desechos, que rápidamente pueden convertirse en refugios para las plagas si no se mantienen adecuadamente. Vaciar los contenedores de basura regularmente, mantenerlos tapados y mantenerlos bajo una estricta rutina de saneamiento evitará la proliferación de hormigas, moscas, cucarachas o ratas en el exterior, que puedan acabar proliferando en el interior de las instalaciones.

Volviendo a la vegetación circundante, hay que tener en cuenta que los árboles frutales, las flores con olor dulce, los frutos secos y las semillas son atractivos para plagas como las aves y los roedores. Estos árboles y plantas proporcionan alimento y posibles puntos de anidación, por lo que es recomendable crear un perímetro de protección recortando las ramas y las plantas, al menos, a  un metro de distancia de la instalación. También puede ser muy recomendable limpiar y eliminar ramas caídas o árboles muertos, ya que estos son un objetivo principal para las termitas.

Finalmente, es fundamental eliminar también el agua estancada y la basura que puede acumularse en las zonas de aparcamiento o las canalizaciones exteriores.

Control desde el interior

Desde el interior podemos dificultar la entrada de las plagas sellando posibles puntos de acceso desde el exterior, por ejemplo en los puntos de acceso de suministros de agua o electricidad, y utilizando desagües de suelo equipados con un filtro secundario extraible, que evitarán el acceso a través de las tuberías de desagüe.

Otro objetivo fundamental será prevenir la formación de humedad dentro de las instalaciones, que puede provocar infestaciones de insectos, moho e incluso daños estructurales. Hay que estar atentos a señales de advertencia, como el movimiento lento del agua en los desagües, la aparición de moho o el descascarillado de  la pintura, y remediar rápidamente  la fuente de humedad. Mantener limpios los desagües evitará además tanto la proliferación de insectos como de microorganismos nocivos.

Los rincones poco accesibles, el desorden o el almacenamiento de producto por periodos largos de tiempo pueden favorecer el escondite y la proliferación de las plagas. Por ello es importante mantener todas las áreas debajo y detrás de los equipos accesibles para poder limpiarlas correctamente  con regularidad e inmediatamente cuando se produzcan derrames del producto,  y mantener el producto ordenado, elevado del suelo y separado de las paredes, de modo que todas las áreas puedan ser inspeccionadas a fondo regularmente. La rotación del producto almacenado y mantenerlo en envases cerrados, herméticamente siempre que sea posible, reducirá también el potencial de tener problemas de plagas.

En general, una instalación limpia, ordenada, bien iluminada y libre de pilas de existencias innecesarias dificultará que insectos y roedores encuentren comida, agua o refugio, se establezcan y proliferen. Y, en el caso de que se produzca una infestación, será más fácil detectarla y controlarla, lo que redundará en una mejor protección de los productos, del personal y de la empresa.

 

Fuente: www.foodqualityandsafety.com

 

 

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