Mientras el Ayuntamiento de Barcelona ha realizado, a través del Museo de Ciencias Naturales de la ciudad, diversos estudios demográficos sobre la población de cotorras en la Ciudad Condal, sigue aumentando de manera descontrolada la plaga de estas aves chillonas.

La cotorra argentina es una pequeña ave originaria de Argentina, Bolivia y Brasil. Son aves amistosas y muy adaptables, grandes habladoras y fáciles de domesticar, pero también son muy destructivas y ruidosas.

Las primeras en llegar a España lo hicieron a finales de los años 60, como aves exóticas 
que fueron vendidas y luego liberadas por sus dueños por lo
escandalosas que llegaban a ser. Son sociables con otras especies y se instalan
fácilmente encontrando la manera de subsistir. Actualmente existen colonias estables en libertad, principalmente en Barcelona y en el litoral mediterráneo.

Al no tener aquí una especie
depredadora gozan de una alta tasa de reproducción, por lo que se están convirtiendo en una plaga, ya que pueden duplicar su
número en cinco años. En Barcelona superan ya los 2.200 ejemplares. 

Aparte de su
molesto chillido, la cotorra es peligrosa porque sus nidos, construidos
en las copas de los árboles, pueden llegar a pesar más de 50 kilos y
eso representa un riesgo para los peatones. La construcción del nido,
para el cual las cotorras cortan numerosas ramas, puede causar daños sobre los árboles más próximos a
las colonias.

Otros damnificados son los
propietarios de las huertas limítrofes con la ciudad, que han visto sus
cosechas seriamente dañadas por las colonias de estas aves.

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Fuente: El Confidencial , SEO

Foto: Wikimedia Commons, Wikimedia Commons