
Interpretar y aplicar correctamente la información de las etiquetas de los biocidas es necesario para prevenir problemas de seguridad, cumplir con la normativa y ofrecer servicios biocidas de calidad. Actualizar conocimientos de forma recurrente sobre los productos biocidas utilizados es un tema quizás aburrido pero muy recomendable para los técnicos que los aplican.
Las etiquetas de los biocidas
La etiqueta de los biocidas contiene información clave para usarlos con seguridad y propiedad. Hay mucho esfuerzo a nivel normativo para regularlas y también a nivel de la industria para crearlas y mantenerlas actualizadas porque son documentos importantes.
Entre otras cosas, en la etiqueta del biocida, o el envase o un folleto adicional que forme parte integrante del envase, el fabricante nos indica aspectos clave para su uso correcto:
- identidad de todas las sustancias activas y su concentración
- el tipo de formulación
- usos para los que está autorizado el biocida
- instrucciones de uso, frecuencia de aplicación y dosificación para cada uso autorizado
- instrucciones para la eliminación segura del biocida y de su envase
- plazos de seguridad después del uso
- recomendaciones de precaución durante la utilización y el transporte del producto
Se trata pues de una información relevante para el día a día de los profesionales que utilizan biocidas en su actividad laboral. Y es también una información viva, que puede ir cambiando por cuestiones de normativa o por aspectos técnicos.
Incluir este tema en el programa de capacitación continua de la empresa es muy recomendable para reforzar la competencia técnica y reducir riesgos durante la aplicación de biocidas.

Formación continua en el uso de etiquetas de los biocidas
En un contexto marcado por regulaciones exigentes y un portafolio creciente de formulaciones, mantener a los equipos técnicos actualizados en cuanto a los productos biocidas que aplican es un reto permanente.
La capacitación recurrente entorno a las etiquetas puede resultar aburrida pero es importante. Vamos a ver algunas recomendaciones que Joe Barile, entomólogo urbano que lideró durante años el servicio técnico de Bayer Environmental Science, comparte en la revista PCT para incorporar este tema en el programa de capacitación y en las buenas prácticas de la empresa.
Según señala Barile, la formación en lectura, interpretación y aplicación de etiquetas debe integrarse de forma formal y estable en los planes de capacitación de cualquier empresa de control de plagas. No debe tratarse de un módulo puntual, sino de un contenido recurrente, que fomente una cultura técnica sólida y centrada en la conformidad normativa.
Comprobaciones periódicas para reforzar la competencia del personal técnico
Más allá de la formación presencial, el experto recomienda que los supervisores mantengan dinámicas de comprobación periódica.
Un ejemplo sencillo y eficaz sería realizar preguntas sobre los productos cuando las personas técnicas reponen biocidas en sus vehículos.
Este enfoque:
- subraya la importancia que otorga la empresa al cumplimiento de las etiquetas
- mantiene la atención del técnico en procedimientos, dosis, restricciones y tiempos de seguridad
- contribuye a consolidar hábitos de verificación antes de cada intervención.
Escenarios prácticos como herramienta de mejora preventiva
Plantear escenarios operativos específicos y solicitar recomendaciones al personal técnico permite evaluar criterios profesionales en situaciones reales.
Según Barile, esta metodología facilita:
- identificar lagunas formativas antes de que generen incidencias
- potenciar la autonomía técnica
- sustituir un enfoque reactivo (actuar tras una no conformidad) por uno preventivo.
Este modelo disminuye significativamente el riesgo de infracciones durante inspecciones regulatorias.

No confiar en la memoria: la consulta de la etiqueta es obligatoria
Las etiquetas de biocidas contienen información compleja, pueden modificarse con frecuencia y varían entre productos.
Pretender memorizar todos los aspectos operativos es irreal y peligroso. La práctica profesional debe basarse en la consulta sistemática de la etiqueta, especialmente al decidir dosis, métodos de aplicación, frecuencias, tiempos de reentrada y restricciones de uso.
En este sentido, las etiquetas digitales son un recurso imprescindible en la práctica operativa. Con la disponibilidad generalizada de etiquetas digitales, las empresas deberían garantizar que su personal técnico disponga de dispositivos electrónicos y acceso a internet durante las intervenciones.
Casi todos los fabricantes publican versiones actualizadas de sus etiquetas, lo que permite resolver dudas de forma inmediata y segura. Además, este acceso reduce tiempos de respuesta y mejora la calidad del servicio.
Gestión profesional de dudas con clientes
Cuando surge una consulta técnica cuya respuesta no es evidente, la recomendación de Joe Barile es clara: responder que se revisará la etiqueta para ofrecer una información exacta.
Esta práctica:
- demuestra rigor profesional
- evita errores por exceso de confianza
- refuerza la comunicación transparente con el cliente
Aplicar un enfoque integral
La gestión eficaz del conocimiento sobre etiquetas es un elemento estratégico para las empresas de control de plagas. Las recomendaciones de J. Barile ponen de manifiesto la necesidad de un enfoque integral: formación formal, comprobaciones continuas, escenarios prácticos, acceso digital y una cultura interna basada en la consulta rigurosa de la información técnica.
Implementar estas prácticas no solo mejora la competencia del equipo, sino que reduce riesgos regulatorios y refuerza la calidad del servicio prestado.








