El tratamiento de fumigación se basa en la aplicación de un biocida en forma de gas. Se realiza en espacios herméticos y permite alcanzar niveles muy altos de eliminación de las plagas objetivo, en todas las fases de su ciclo de vida. En la industria agroalimentaria se utiliza, entre otros, para proteger granos y otros productos almacenados.
Fumigación vs. nebulización
La fumigación no debe confundirse con la nebulización, aunque ambos tratamientos se basan en la dispersión de productos biocidas químicos en el volúmen de una determinada área a tratar. En ambos casos, para realizar los tratamientos de forma efectiva y segura, este tipo de servicios requiere personal profesional capacitado y mantener un protocolo de actuación adecuado.
La aplicación de insecticidas mediante nebulización se realiza con un producto biocida líquido, que es forzado a salir a presión por una boquilla, atomizándose en gotas de tamaño muy pequeño que quedan suspendidas en el aire formando una neblina fina. Las partículas líquidas de insecticida se dispersan por todo el volumen del espacio a tratar y permanecen en el aire durante un cierto período de tiempo. El biocida actúa por contacto directo con las plagas y también pueden tener un efecto residual.
La nebulización se considera una buena herramienta para el control de insectos, entre otros, moscas o cucarachas y permite controlar infestaciones en espacios cerrados, como almacenes, graneros o instalaciones de uso público.
Por otra parte, la fumigación es un tratamiento altamente especializado que utiliza un biocida en forma de gas, en lugar de gotitas líquidas en aerosol. El principio activo en forma gaseosa tiene poder de penetración en los refugios más protegidos, en zonas inaccesibles, dentro de los equipos, y a veces incluso dentro de los envases, productos y mercancías. En comparación con la nebulización, la fumigación es más efectiva para tratar todo tipo de plagas y en todos los estadios de vida.
Si bien no se recomienda como una primera línea de defensa, no existe otro tipo de tratamiento de control de plagas que pueda proporcionar una efectividad de tan amplio espectro, que se acerque al 100% de eficacia y actúe tan rápidamente como la fumigación. En la industria alimentaria se aplica generalmente en instalaciones o equipos relacionados con productos agroalimentarios almacenados, para controlar la dispersión de plagas cuarentenarias en productos agroalimentarios o en situaciones de emergencia.
Vamos a ver con un poco más de detalle en qué consiste la fumigación.
¿Cuándo y dónde realizar una fumigación?
La fumigación, un tratamiento rápido y versátil, es una herramienta válida para eliminar plagas en situaciones de emergencia, en el tratamiento previo al transporte de productos agroalimentarios, en los requisitos de cuarentena de mercancías y también como parte de los programas de control integrado de plagas.
Todas las fumigaciones requieren fundamentalmente ciertas temperaturas y concentraciones de gas sostenidas en todo el espacio objetivo. Esto requiere que los espacios a tratar estén adecuadamente sellados para contener gas, ya sea una estructura sellada, un remolque de camión, una barcaza, un vagón de ferrocarril, un contenedor, un sistema de equipo de procesamiento, etc.
Durante el tratamiento pueden utilizarse ventiladores para ayudar a lograr la correcta distribución y penetración de concentraciones efectivas de gas. Por otra parte, para medir la concentración del gas y asegurar la calidad del tratamiento en todo el espacio, se utilizan aparatos monitores de gas.
La fumigación es pues una herramienta para restablecer a cero las poblaciones de plagas, asegurar que el producto y los envíos estén libres de infestaciones y para crear un entorno adecuado para incorporar estrategias sostenibles de Control Integrado de Plagas al programa de saneamiento de las instalaciones. También ayuda a mantener la calidad del producto y, en última instancia, protege la reputación de la marca.
Para personal profesional cualificado
La seguridad es un aspecto muy importante de las fumigaciones, ya que los fumigantes son sustancias muy tóxicas que pueden resultar peligrosas y los tratamientos deben realizarse siempre por personal capacitado y en condiciones de seguridad.
La planificación y ejecución del tratamiento con un proveedor profesional de control de plagas es fundamental para cumplir la normativa, mantener la seguridad de personas y productos, y conseguir la efectividad deseada. Es necesario aplicar procedimientos que eviten que el aplicador, el personal del cliente y los alrededores estén expuestos a los fumigantes durante el tratamiento.
Por otra parte, únicamente pueden entrar en la cadena alimentaria los alimentos o piensos sometidos a tratamiento que cumplan con los LMR de plaguicida establecidos en la normativa.
Una vez realizada la fumigación, el espacio y los materiales fumigados deben ventilarse siguiendo procedimientos estrictos para conseguir una aireación completa y segura del fumigante. Se utilizan instrumentos de detección de gas para garantizar que las atmósferas son seguras para volver a entrar en el espacio tratado.
Fuente: indfumco.com/