Al menos un tercio de la población de los países en vías de desarrollo no tiene acceso a un agua de consumo en óptimas condiciones. Esta escasez causa un importante problema de salubridad exponiendo a la población a variadas enfermedades. Se calcula que en dichos países se producen anualmente unos 4.000 millones de casos de diarrea, que causan unos dos millones y medio de muertes.
Una posible solución a este importante problema es la desinfección de agua por radiación solar. Su funcionamiento es el siguiente:
- Se coge una botella y se limpia a conciencia.
- Se llena de agua la botella y se tapa
- Se coloca la botella en papel de aluminio ondulado (para poder poner varias botellas a la vez) o en el tejado.
- Se expone(n) la(s) botella(s) al sol durante al menos seis horas.
- El agua ya está lista para el consumo.
Clima:
En todo caso, es necesario que el cielo no esté nublado en más de un 50% o, en caso de días de nubes intensas, debe exponerse la botella durante dos días consecutivos. Si la temperatura ambiental supera los 50ºC con una hora de exposición es suficiente, y en días de lluvia el método no funciona correctamente por lo que deberá evitarse su realización.
Turbulencia del agua:
Las partículas en suspensión del agua reducen la penetración de los rayos solares en el agua y protegen a los microorganismos de las radiaciones mortales. Por ello, se requiere el uso de un agua no más de 30 NTU (Nephlometric Turbidity Units) turbia. Para saber si se cumple esta condición, debemos comprobar si podemos leer algo mirando a través de la botella.
Materiales:
Hay distintos tipos de plásticos aptos para realizar este procedimiento. Se prefieren las de PET sobre las de PVC, ya que contienen menos estabilizadores UV, pero en ambos casos podemos conseguir el objetivo. También se pueden usar botellas de vidrio.
Fuente y más información: Sodis.