Picor de ojos, dificultades respiratorias, irritaciones de la piel. Nadar es sano pero, a veces, la necesaria desinfección del agua en las piscinas tiene consecuencias nocivas para la salud. El Ayuntamiento de la población catalana Abrera ha apostado por una posible alternativa a la cloración para su Centro Acuático Municipal: los rayos ultravioleta y la electrolisis salina.
¿Tenemos un plan B a la cloración tradicional?
Por su gran eficacia y su efecto residual, la cloración es el método de desinfección del agua más utilizado en piscinas cubiertas a nivel mundial. El cloro nos protege frente a posibles microorganismos patógenos presentes en el agua de piscinas que comparten diariamente decenas de personas, sin embargo, al reaccionar este desinfectante con el sudor, la orina y otras materias potencialmente presentes en el agua, se forman los llamados subproductos de la desinfección (trihalometanos y cloraminas), que se han asociado a problemas de salud como alteraciones respiratorias, irritación de los ojos y la piel, o en algunos estudios, en ciertas condiciones de exposición, con efectos mutagénicos y carcinógenos.
Pero los beneficios de la natación son evidentes. Minimizar los efectos negativos de la cloración o utilizar tecnologias alternativas a ésta que sean efectivas, es una apuesta de futuro.
Menos cloro es posible
Este es el caso del Ayuntamiento de Abrera (Barcelona), que ha convertido su Centro Acuático Municipal (CAM) en una instalación pionera en técnicas de filtración y desinfección del agua, más amigable para la salud de los usuarios y trabajadores del centro, y también para el medio ambiente.
En la fase de filtración del agua, han cambiado el sílex por ecovidrio, un material con una filtración más eficiente y que resulta más duradero. La filtración con ecovidrio ayuda a ahorrar agua y energía, además de reducir la cantidad de producto químico necesario para la desinfección.
En la fase de desinfección las mejoras han sido la instalación de un sistema de rayos ultravioletas para eliminar todos los microorganismos y patógenos del agua, y la implantación de un desinfectante residual con un sistema de electrólisis salina.
La desinfección por rayos ultravioletas consiste en la proyección de un rayo ultravioleta en el agua que pasa por los filtros, que elimina al instante la materia orgánica que pueda haber en ella y que es la causante de los subproductos de la desinfección. Esta técnica permite limpiar las impurezas y reducir la cantidad de cloro necesario a la mínima expresión.
Por otra parte, la electrólisis salina permite producir el cloro en el agua de la propia piscina, añadiendo sal común (cloruro sódico) y, mediante un dispositivo eléctrico, provocando la electrólisis en la que se separa el cloro del sodio. El cloro desinfecta el agua y vuelve a combinarse con el sodio, repitiendose el ciclo de forma indefinida. La cloración salina evita los trastornos oculares y dermatológicos, evita los riesgos derivados del uso y almacenaje de productos químicos y respeta el medioambiente, al reciclarse sus elementos.
Fuente: Ajuntament Abrera