Los psócidos son diminutos insectos con una creciente importancia a nivel mundial como plagas en alimentos almacenados y en la distribución de alimentos. Dificiles de detectar y también de tratar, las infestaciones de diversas especies de psócidos pueden estropear productos almacenados como cereales o harinas y provocar reacciones alérgicas en personas sensibles.
Psócidos, una plaga emergente
Los psócidos están ganando importancia en la última década como plagas en la industria alimentaria, especialmente en productos ubicados en almacenes y silos de granos, asi como en la distribución de alimentos. Cuando están presentes en poblaciones abundantes contaminan los alimentos, causando pérdidas económicas, y pueden también ser origen de problemas de salud, al desencadenar reacciones alérgicas en personas sensibles.
Controlarlos es complicado por diversas razones.
Una de ellas es que las infestaciones a menudo involucran a especies distintas de estos insectos, que tienen características muy diferentes y reaccionan de forma dispar a los tratamientos y a las estrategias de control de plagas desarrolladas para el control de escarabajos o gorgojos, también presentes en los alimentos almacenados.
Por ejemplo, algunas especies de psócidos son resistentes a los insecticidas residuales y a las fumigaciones con fosfina, mientras que otras no lo son. La mayoría de las ocho especies de psócidos consideradas plagas en alimentos pertenecen al género Liposcelis (Liposcelididae), y entre ellas, la más extendida es Liposcelis bostrychophila, cuyas hembras se reproducen por partenogénesis, poniendo huevos sin necesidad de aparearse.
Otra es su diminuto tamaño, que dificulta su detección antes de que las poblaciones exploten en número, hasta formar una alfombra viviente de pequeños insectos. Sin embargo, si se buscan, se encuentran, y en las inspecciones es cada vez más habitual hallarlos en palets retractilados, en sacos o en envases de alimentos. Especialmente los embalajes almacenados en estructuras húmedas y mal ventiladas corren el riesgo de contaminarse con psócidos.
Y una tercera dificultad es la de encontrar tratamientos efectivos y viables, que sean aptos para el entorno alimentario.
Liposcelis bostrychophila, Imagen: https://agriculture.okstate.edu/
La humedad y el moho potencian las infestaciones
Los psócidos, también conocidos como piojos de los libros, generalmente se asocian a entornos con una humedad alta y con la presencia de esporas de mohos. Asi, pueden convertirse en una plaga grave si los alimentos no se almacenan correctamente y los productos tienen un alto contenido de humedad o están contaminados con moho.
La harina y otros productos farináceos en polvo son los alimentos infestados con mayor frecuencia, sin embargo pueden atacar también los granos. Aunque son incapaces de comer granos intactos, si que prosperan cuando encuentran granos dañados o rotos, especialmente si el grano está húmedo o tiene hongos. También pueden desarrollarse en levadura de cerveza, leche en polvo, nueces, polvo orgánico con valor nutritivo y productos con celulosa o almidón.
En condiciones ambientales favorables, las poblaciones pueden reproducirse rápidamente. El período promedio de desarrollo de los huevos varía de 6 días (a 32.5°C) a 14 días (a 20°C), y el desarrollo de huevo a adulto tarda de 18 días (a 32,5°C) a 42 días a (20°C). La longevidad de los adultos se incrementa con el aumento de la temperatura y alcanza un máximo de 89 días a 30°C.
Curiosamente, la mayoría de las poblaciones son completamente femeninas. Como hemos visto las hembras de la extendida especie Liposcelis bostrychophila se reproducen sin necesidad de machos y esta habilidad se conoce también en la especie Lepinotus reticulatusse.
Cómo identificarlos
Es de lógica que el control efectivo de las infestaciones debería empezar con la identificación adecuada de la plaga. Pero, en el caso de los psócidos, la identificación no es sencilla dado su diminuto tamaño y a la habitual presencia de varias especies distintas en la infestación.
Algunas pistas pueden ser:
- Son diminutos, de aproximadamente 1 mm de longitud, y su color va del blanco al marrón o al gris.
- El cuerpo es aplanado dorsoventralmente, algo rechoncho en proporción y aproximadamente 3 veces más largo que ancho.
- La cabeza es más ancha que el tórax y puede parecer demasiado grande, en proporción al resto del cuerpo. Las antenas son largas y con forma de hilo.
- Pueden tener o no tener alas
Para conocer a fondo las características de las principales especies de psócidos consideradas plaga en la industria alimentaria os recomendamos consultar la excelente descripción recogida en la web del Ferguson College of Agriculture
Cómo prevenir y controlar infestaciones
Como con la mayoría de plagas, la vigilancia es fundamental para prevenir infestaciones. Las instalaciones con historiales de infestaciones por psócidos o que estén ubicadas en climas húmedos deben inspeccionarse regularmente a la busca de indicios. Especialmente en aquellos estantes de almacenamiento donde el movimiento de aire es limitado y también en los envases o paquetes que contengan productos susceptibles de ser atacados.
Corregir la humedad ambiental en las instalaciones es muy recomendable pero no siempre fácil de conseguir. Sin embargo, en ciertas áreas si puede ser viable utilizar ventiladores, deshumidificadores y otros medios para mover el aire y promover el secado de la humedad. Se recomienda también almacenar los productos más susceptibles por encima del nivel del suelo, en estantes donde la circulación del aire sea mejor, asi como evitar los palets de madera en la medida de lo posible o tener especial cuidado en que estén limpios y secos.
En caso de infestación, el saneamiento de las áreas afectadas es vital. Se recomienda destruir los alimentos contaminados, eliminar cualquier resto de producto derramado y reducir los niveles de humedad de forma constante por debajo del 50-60%. Los psócidos son también vulnerables a las temperaturas superiores a los 45ºC.
Los tratamientos con fumigantes varían en eficacia según la especie y la etapa de vida en que se encuentre el piojo. El desarrollo de tolerancia a las fumigaciones con fosfina, dirigidas a las plagas de escarabajos en los granos, agravan el problema de los psócidos, cuyos huevos son particularmente tolerantes a la fosfina. El fluoruro de sulfurilo puede controlar los psócidos, pero las tasas de aplicación efectivas varían ampliamente, según la especie y la etapa de vida objetivo. Y el bromuro de metilo está indicado para el tratamiento de psócidos, pero las tasas de aplicación son más altas de lo normal.
La aplicación de diversos insecticidas ha obtenido resultados variables:
- La piretrina o el esfenvalerato no son eficaces.
- La B-ciflutrina y el clorfenapir son eficaces como tratamientos de superficie, pero no son opciones viables para aplicaciones al voleo.
Los productos en aerosol de descarga total, o similares, que contienen piretrina más ciflutrina pueden ser una opción para tratar superficies en áreas de productos empaquetados o para tratar remolques de camiones. - Los protectores de granos organofosforados son efectivos.
- El regulador del crecimiento metopreno es parcialmente eficaz y puede mezclarse con otros insecticidas dirigidos a áreas de superficie extensas y productos terminados.
- Sorprendentemente, como desecante en un insecto de cuerpo blando, la tierra de diatomeas (DE) no es eficaz. La DE requiere baja humedad para ser eficaz, una circunstancia que no se da en los brotes de psócidos. Además, los psócidos tienen una concentración de lípidos cuticulares que les ayuda a tolerar polvos y desecantes.
Y, finalmente, el almacenamiento de alimentos en una atmósfera controlada, no solo con humedad reducida, sino también reemplazando el oxígeno por dióxido de carbono, puede resultar eficaz, especialmente si se combina con tratamientos con pesticidas.
Fuente: https://indfumco.com/