La calidad química del agua de consumo es un problema global creciente, que debe abordarse para garantizar el acceso sostenible a este recurso en muchas partes del mundo. Entre otras muchas fuentes de contaminación, los trihalometanos que se forman al desinfectar el agua con cloro afectan a una gran parte de la población mundial pero con grandes diferencias a nivel regulatorio y de monitoreo entre países y regiones.
Contaminación química del agua de consumo
La contaminación química del agua potable es un problema mundial creciente que ha recibido una atención limitada, en comparación con otros problemas como el acceso, saneamiento e higiene del agua. En el contexto del ODS #6 de la ONU, que insta a garantizar el acceso universal a agua potable segura y libre de contaminación para 2030, se hace patente una falta general de conocimiento sobre la presencia de sustancias químicas en el agua potable, particularmente en los países de ingresos medios y bajos.
Un estudio liderado por investigadoras del Instituto de Salud Global Barcelona (ISGlobal) analiza esta cuestión, centrándose en uno de los contaminantes químicos del agua más generalizados a nivel global: los trihalometanos (THM), la clase más abundante de los subproductos de la desinfección del agua con cloro.
Trihalometanos en el agua potable
La necesidad de desinfectar el agua de consumo con el objetivo de garantizar su seguridad microbiológica es incuestionable para proteger la salud pública. La cloración es el tratamiento que más se usa habitualmente en la mayoría de los países, debido al bajo coste del producto utilizado (cloro o hipoclorito sódico), a su fácil manipulación y a su enorme eficacia. Sin embargo, es conocido que la desinfección del agua con cloro origina sustancias contaminantes no deseadas que se han asociado a efectos adversos sobre la salud, como es el caso de los trihalometanos, que incluyen sustancias como el cloroformo y el bromodiclorometano (BDCM), clasificados por la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (OMS) como posibles carcinógenos para las personas, en ciertas condiciones de exposición.
Para controlar sus posibles efectos adversos sobre la salud, en la UE los trihalometanos estan regulados y su presencia en el agua de consumo está ceñida a unos valores máximos. Pero ¿qué sucede con los trihalometanos en otras regiones del planeta? ¿Se aplican medidas para reducir su formación? ¿Se monitoriza su presencia en el agua de consumo?.
El estudio "Global assessment of chemical quality of drinking water: The case of trihalomethanes" aporta una visión de la situación de estos contaminantes químicos del agua de consumo en 120 países (~ 7.000 millones de habitantes en 2016), que representan el 94% de la población mundial.
El trabajo, que se realizó en el período 2017-2020, informa sobre los datos disponibles acerca del estado regulatorio, la práctica de monitoreo de rutina y la ocurrencia de THM en el agua de consumo en todo el mundo.
En el 97% de los paises incluidos en el estudio (116/120) se comprobó la existencia de normativas para el agua potable, de las cuales el 77% (89/116) incluyen los THM. De este porcentaje, sólo en el 53% (47/89) de los países se realiza un monitoreo de rutina para estos contaminantes. Las concentraciones de trihalometanos en el agua potable (como suma total) varían enormemente entre países a nivel mundial, con cifras que van desde 25 μg/L en Dinamarca y Paises Bajos hasta 1000 μg/L en Botswana.
Fuente: Global assessment of chemical quality of drinking water: The case of trihalomethanes, Water Research, 2023
Situación a nivel mundial
Los hallazgos de esta evaluación global destacan un fuerte desequilibrio entre países y regiones, tanto en la disponibilidad de datos como en el estado regulatorio y la monitorización de los THM en el agua de consumo. Una situación que quizás sería extrapolable a otros contaminantes químicos del agua.
La enorme brecha de información existente entre los países con ingresos altos y los de ingresos bajos puede relacionarse con múltiples causas, incluidas las limitaciones técnicas, financieras y de recursos humanos. Más allá de Europa y EEUU no hay estudios sistemáticos reportando datos sobre THM en el agua y la información suele ser escasa, dispersa o inexistente.
En base a los datos recopilados, las autoras indican la necesidad mejorar esta situación para poder garantizar el acceso sostenible al agua potable para las generaciones presentes y futuras en muchas partes del mundo.
Fuente: Cristina M Villanueva y otros: Global assessment of chemical quality of drinking water: The case of trihalomethanes, Water Research,Volume 230,2023.