
La exposición laboral al gas radón es un riesgo para un elevado porcentaje de personas en España. Un estudio publicado recientemente en Gaceta Sanitaria revela datos sobre la frecuencia de mitigación de este gas cancerígeno en lugares de trabajo, según sector y tamaño de la empresa, desde 2015 hasta 2022, así como los niveles de radón encontrados y las razones argumentadas para no mitigar este riesgo.
Radón en lugares de trabajo
El gas radón representa un reto significativo para la salud ocupacional en España, especialmente desde la entrada en vigor de la nueva normativa en este ámbito en junio de 2024. Un reciente estudio publicado en Gaceta Sanitaria revela importantes hallazgos sobre la frecuencia de mitigación del radón en lugares de trabajo y sus determinantes entre los empleadores españoles durante el período 2015 - 2022, antes de la implementación de las nuevas regulaciones.
El radón es un gas radiactivo de origen natural que emana de las rocas de la corteza terrestre y puede filtrarse al interior de edificios a través de grietas, aberturas o cimientos mal aislados, acumulándose en espacios cerrados. Clasificado como carcinógeno del grupo I desde 1988, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo considera la segunda causa principal de cáncer de pulmón después del tabaquismo.
Desde una perspectiva de salud pública, la OMS recomienda establecer niveles de referencia de concentración de este gas de 100 Bq/m³ tanto en hogares como en entornos laborales. En la UE, la Directiva 2013/59/Euratom obliga a los Estados miembros a establecer un nivel de referencia nacional entre 100 y 300 Bq/m³, incluida la exposición ocupacional.
Normativa actual en España
La normativa sobre radón ocupacional en España (Real Decreto 1029/2022), que fue publicada en diciembre de 2022 y entró en vigor en junio de 2024, incluye la obligación para los empleadores de mitigar los niveles de radón o la exposición cuando la concentración media anual de radón en cualquier área ocupada del lugar de trabajo supere los 300 Bq/m³.
Para lograr esta mitigación, generalmente es necesario realizar intervenciones en el edificio, como instalar un sistema de ventilación forzada, sellar grietas o instalar una cámara de radón bajo los cimientos. Alternativamente, los empleadores pueden controlar la exposición reduciendo las horas de trabajo en lugares con niveles excesivos.
Mitigación del radón en lugares de trabajo
El estudio "Radon mitigation in the workplace in Spain: a cross-sectional interview-based study", realizado por investigadores/as de la Universidad de Compostela, el CIBERESP y el Consejo Nacional de Seguridad de España, analizó la frecuencia de mitigación del gas entre empleadores españoles, que fueron seleccionados entre aquellos que habían medido previamente radón ocupacional a través del Laboratorio de Radón de Galicia desde 2015 hasta 2022.
Se incluyeron empleadores responsables de, al menos, un lugar de trabajo donde los niveles superaban los 300 Bq/m³, que fueron entrevistados por teléfono. Se analizó la frecuencia de las acciones de mitigación según el sector laboral, el tamaño de la empresa y los niveles máximos de radón encontrados, y se clasificaron las razones para no mitigar el radón según su frecuencia. Los principales resultados fueron:
- De los 32 empleadores entrevistados (tasa de respuesta del 91%), se encontró una frecuencia general de mitigación del 53%1. Este dato revela que casi la mitad de los empleadores no tomaron ninguna medida para mitigar la exposición de los trabajadores al radón, lo que indica que la proactividad en la medición del radón no siempre se produce cuando es aconsejable.
- Un hallazgo significativo fue que la frecuencia de mitigación aumentaba con el tamaño de la empresa. Para empleadores con menos de 50 trabajadores, la frecuencia de mitigación fue del 38%, mientras que para aquellos con 50 a 250 trabajadores fue del 58%, y para los que tenían más de 250 trabajadores, alcanzó el 71%1. Este patrón sugiere que las empresas más grandes pueden tener más recursos o estar más comprometidas con la seguridad laboral.
- Respecto a los niveles de radón, para los empleadores con uno o más lugares de trabajo que superaban los 1.000 Bq/m³, la frecuencia de mitigación fue del 67%, mientras que para aquellos con, al menos, un lugar de trabajo entre 600 y 1.000 Bq/m³, fue del 33%1. Para los empleadores con todos los lugares de trabajo por debajo de 600 Bq/m³, la frecuencia de mitigación fue del 36%.
Razones para no implementar medidas de mitigación
El estudio identificó que la principal razón para no implementar medidas de mitigación fue la falta de percepción del radón como un riesgo para la salud (8 de 15 empleadores).
Otras razones incluyeron dificultades prácticas (3 de 15), falta de interés del personal directivo (4 de 15), no considerarlo una prioridad (4 de 15) y, finalmente, no comprender los resultados de las mediciones (1 de 15).
Es importante destacar que el costo (incluida la falta de fondos) no fue identificado como una razón para no realizar la mitigación por ninguno de los entrevistados.
Eficacia de las medidas implementadas
De los 17 empleadores que informaron haber tomado algún tipo de acción para reducir el radón, solo 8 informaron haber actuado en todos sus lugares de trabajo afectados. La medida más común fue simplemente mejorar la ventilación natural (7 de 17).
Solo 10 declararon que habían repetido las mediciones de radón después de la mitigación para verificar su eficacia, y únicamente un empleador confirmó que la mitigación fue exitosa mediante mediciones posteriores a la remediación por debajo de 300 Bq/m³.
Conclusiones y recomendaciones para profesionales
Los/as autores/as concluyen que mejorar la frecuencia de mitigación del radón en los lugares de trabajo constituye un área de mejora fundamental. Los empleadores necesitan orientación y disponibilidad de servicios de mitigación para cumplir con los nuevos requisitos normativos en España.
La falta de percepción del radón como riesgo para la salud sugiere la necesidad de campañas de concientización más efectivas.
Para los profesionales de calidad del aire interior, estos hallazgos destacan la importancia de su papel como asesores técnicos en la implementación de estrategias efectivas de mitigación del radón. Es fundamental no solo recomendar mediciones, sino también proporcionar orientación clara sobre cómo interpretar los resultados y qué medidas de mitigación específicas implementar.
Como conclusión, se evidencia la necesidad de mejorar la conciencia sobre los riesgos del radón, proporcionar orientación técnica accesible y verificar la eficacia de las medidas de mitigación implementadas mediante mediciones posteriores, especialmente ahora que la nueva normativa está en vigor y obliga a los empleadores a actuar cuando los niveles superan los límites establecidos.
Referencia:
Lucía Martín-Gisberta, Alberto Ruano Raviña, Marta García-Talaverae, Cristina Candal-Pedreira, Guadalupe García, Leonor Varela Lema, Mónica Pérez Ríosa, Julia Rey-Brandariz: Mitigación de la exposición laboral a radón en España: un estudio transversal con entrevistas, Gaceta Sanitaria, 2025 DOI: 10.1016/j.gaceta.2024.102440