No todos los problemas asociados a los edificios inteligentes se reducen a la lipoatrofia semicircular. Al contrario, la lista de dolencias puede ampliarse hacia el stress, malestar generalizado, dolor de cabeza, pérdida de concentración e incluso problemas respiratorios.
No estamos diciendo nada nuevo, esto es algo que los profesionales del sector ya saben y de lo que en Higiene Ambiental ya hemos hablado. Se trata del síndrome del edificio enfermo.
La razón por la que hoy hablamos de ello es que este hecho ha sido denunciado por los sindicatos independientes de algunas de las empresas recientemente afectadas por los problemas de lipoatrofia. Concretamente se trata de las empresas Aguas de Barcelona, Gas Natural y La Caixa. En sus declaraciones inciden en el hecho de que la situación mejoraría enormemente sólo con mejorar la calidad del aire, pero también apuntan a problemas externos a los propios edificios: las condiciones medioambientales de los entornos urbanos, altamente contaminados.
Así pues, lanzamos una pregunta que pretende incitar a la reflexión: ¿trabajamos en edificios enfermos situados en ciudades enfermas?
Fuente: Construfacil