El ciclo de vida de las garrapatas varía con los cambios en los patrones del clima, del hábitat o con el movimiento de personas y mercancías, mostrando una gran capacidad de adaptación. Estos parásitos y los patógenos que transportan resultan un peligro para la salud pública, las mascotas y la fauna salvaje, pudiendo sobrevivir incluso en entornos extremadamente áridos.
Riesgo de parasitación constante
Un estudio liderado por investigadores españoles y publicado en la revista Veterinary Parasitology confirma la capacidad innata de las garrapatas para adaptarse al clima y pone de manifiesto que, a pesar de la gran variación climática entre las diferentes regiones de España, existe el riesgo constante de parasitación en los animales salvajes.
Según el estudio, los humanos y la fauna salvaje y doméstica comparten gran cantidad de enfermedades y el riesgo de transmisión aumenta con los cambios en los ecosistemas, en las poblaciones de animales silvestres y con el contacto entre personas y animales domésticos.
Por lo tanto, el estudio se centró en investigar el papel de los carnívoros silvestres como hospedadores de garrapatas, factor de relevancia para la comprensión del ciclo de vida de las garrapatas en los focos naturales y para la epidemiología de las enfermedades transmitidas por estos arácnidos, que comparten la fauna silvestre con los animales domésticos y los seres humanos.
"La adaptación de las diferentes especies de garrapatas a las condiciones climáticas reinantes conlleva que los carnívoros de la península ibérica como lobos, zorros, garduñas y tejones, entre otros, sufran un riesgo de parasitación similar, aunque solo en el caso de garrapatas exófilas (habitan espacios abiertos), con mayor capacidad de adaptación a ambientes áridos", explica Francisco Ruiz-Fons, autor principal e investigador en el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos de la Universidad de Castilla-La Mancha y CSIC.
Ixodes scapularis- CDC |
Según Ruiz-Fons, en el caso de garrapatas endófilas, que habitan en nidos o madrigueras de hospedadores, el riesgo de los carnívoros ibéricos de ser parasitados es más "variable" porque estos parásitos están menos condicionados por el clima debido a sus hábitos de vida.
Según los investigadores, los cambios en las poblaciones de garrapatas provocan un riesgo importante porque los parásitos introducen enfermedades exóticas e incrementan la prevalencia de patógenos endémicos. "En la península Ibérica el riesgo deriva sobre todo de los cambios en las prevalencias de patógenos transmitidos por garrapatas y en menor medida, aunque ello no signifique un bajo riesgo, la introducción de patógenos desde terceros países".
"Algunos patógenos zoonóticos transmitidos por garrapatas son ya endémicos en ciclos silvestres y tienen impacto sobre el ganado y los animales de compañía", afirma Ruiz-Fons.
Aunque los científicos aún no saben en que manera los cambios en la fauna afectan al riesgo de infección, el reciente descubrimiento del virus de Crimea-Congo en garrapatas recogidas de ciervos en Cáceres, muestra que existe un potencial riesgo de conexión entre los ciclos silvestres, domésticos y humanos.
Fuente: www.eurekalert.org
*Sobrino, Raquel; Millán, Javier; Oleaga, Álvaro; Gortázar, Christian; de la Fuente, Jose; Ruiz-Fons, Francisco. "Ecological preferences of exophilic and endophilic ticks (Acari: Ixodidae) parasitizing wild carnivores in the Iberian Peninsula" Veterinary Parasitology 184(2-4): 248-257 DOI: 10.1016/j.vetpar.2011.09.003, 23 marzo de 2012