Los mosquitos no solo tienen sed de sangre. También necesitan ingerir diariamente néctar vegetal para obtener el azúcar que necesitan para sobrevivir. Aprovechando esta debilidad, investigadores en EEUU han desarrollado un producto con poderosos atrayentes para mosquitos adultos en busca de una comida azucarada, que contiene pequeñas cantidades de insecticida letales para ellos. Un enfoque específico y que permite reducir significativamente el uso de insecticidas.
Azúcar para obtener energía
Aunque la ingesta de sangre por parte de los mosquitos nos es muy familiar, esta actividad no está relacionada con su alimentación sino con su capacidad reproductora. Sólo las hembras ingieren sangre, para poder desarrollar sus huevos.
Sin embargo, todos los mosquitos adultos sean hembras o machos necesitan ingerir azúcar, que obtienen del néctar de las plantas, para cubrir sus necesidades energéticas y poder sobrevivir.
Esta necesidad ha sido explotada para desarrollar un método de control de poblaciones de mosquitos efectivo, duradero, altamente específico y que reduce drásticamente el uso de insecticidas.
La nueva tecnología engaña a esta molesta plaga para que se atiborre de insecticidas mezclados en un brebaje que imita aromas y olores dulces, específicamente irresistibles para los mosquitos.
Dentro de un programa de Control Integrado de Plagas, esta puede ser una herramienta relevante en la lucha contra las enfermedades transmitidas por mosquitos y, además, el concepto de este método puede ser aplicable a otras plagas con capacidad vectorial, como las garrapatas.
Formulación atrayente de forma específica
La idea ha sido desarrollada por investigadores de la empresa de biotecnologia ISCA Technologies de EEUU, especializada en soluciones para el control de plagas respetuosas con el medio ambiente, en colaboración con diversas universidades y con la financiación del Departamento de Agricultura (USDA) y la Fundación Nacional de Ciencias e Institutos Nacionales de Salud de los EE. UU.
Con ella se busca superar el problema que presenta la aplicación de insecticidas químicos en forma de aerosol, que expone a personas y animales a compuestos potencialmente nocivos, puede matar a abejas u otros insectos beneficiosos y también puede contaminar los suelos y aguas superficiales.
Para ello, se desarrolló una formulación insecticida enriquecida con una mezcla de señales químicas, que atraen a los mosquitos de forma tan poderosa que ignoran los olores y atrayentes naturales de las plantas y se dirigen a la formulación para alimentarse de ella, incluso cuando contiene dosis letales de insecticida.
Para obtener esta formulación, recolectaron aromas de flores y plantas que producen néctar y usaron cromatografía de gases con detección electroantenografica para separar e identificar los compuestos odorantes dentro de ellos. Posteriormente expusieron antenas de mosquitos a miles de estos compuestos, para determinar cuáles podrían tener un efecto biológico.
Cuidadosamente eliminaron cualquier aroma o olor que pudiera atraer a las abejas. Y, finalmente, utilizaron una mezcla semioquímica, es decir una sustancia que conlleva un mensaje con propósito de comunicación, en una matriz que contiene azúcares y proteínas para imitar 20 señales químicas comunes que atraen a los mosquitos a las flores productoras de néctar y les inducen a alimentarse. La combinación de estos compuestos con insecticidas, como piretroides o espinosad, les condujo a formulaciones altamente efectivas.
Efecto insecticida de larga duración
El producto resultante, patentado y comercializado bajo el nombre Vectrax®, es una formulación de liberación lenta para uso en interiores y exteriores. Se puede aplicar como un aerosol que produce gotas de 1 a 5 mm en la vegetación o aleros de las construcciones, o como gel semisólido en grietas o agujeros en las estructuras exteriores. La aplicación es más controlada que en los aerosoles tradicionales y las superficies cercanas permanecen libres de insecticidas. La cantidad de insecticida utilizado es baja, el riesgo de exposición
En pruebas de campo realizadas en Tanzania, donde el 93% de la población está en riesgo de contraer la malaria, se consiguieron muy buenos resultados. En las comunidades tratadas, las poblaciones de mosquitos Anopheles se redujeron hasta dos tercios en sólo dos semanas, en comparación con las no tratadas.
El mismo planteamiento es aplicable a otros vectores como las garrapatas, que igualmente podrian controlarse en zonas como parques o jardines utilizando la misma técnica de atraer y matar.
Fuente: American Chemical Society (ACS)