Clostridioides difficile (anteriormente Clostridium) es la bacteria detrás de un elevado porcentaje de casos de diarrea y colitis, tipicamente asociadas a pacientes hospitalizados tratados con antibióticos. Sin embargo, las infecciones adquiridas en la comunidad van en aumento y se están investigando otras posibles fuentes de infección y rutas de transmisión, como los alimentos. En concreto la patata es un alimento frecuentemente contaminado por esta bacteria.
Clostridioides difficile en alimentos
Las infecciones por Clostridioides difficile se han considerado históricamente típicas del entorno sanitario. C. difficile es la causa más frecuente de diarrea y colitis asociada con antibióticos y se desarrolla generalmente en pacientes hospitalizados. Sin embargo, más allá de las infecciones típicamente nosocomiales, se percibe un aumento de las infecciones por C. difficile adquiridos en la comunidad, en personas que no han recibido tratamiento médico.
Se intuye que hay muchos casos comunitarios que no se notifican, lo que significa que las personas están expuestas a la bacteria también fuera de los hospitales, y se enferman pero no reciben un diagnóstico. Por lo tanto, hay una falta de datos sólidos y completos sobre el impacto de las infecciones por C. difficile en los países de Europa.
Las esporas de C. difficile se adquieren por transmisión fecal-oral. Mientras que en el medio hospitalario las principales fuentes de contagio son los pacientes infectados, las superficies ambientales, los objetos y las manos del personal sanitario, se están investigando otras posibles fuentes de infección y rutas de transmisión, por ejemplo los alimentos.
Aunque C. difficile se ha aislado en diversos alimentos en todo el mundo y es factible que algunos de ellos puedan ser vectores importantes para la diseminación de la bacteria, hasta el momento no se han descrito casos confirmados de infección asociada a los alimentos.
Las infecciones por C. difficile son altamente contagiosas y causan miles de muertes cada año en Europa, provocando diarrea, a menudo recurrente, a veces grave o incluso mortal.
Las patatas a estudio
El consorcio europeo COMBACTE-CDI (Combatting Bacterial Resistance in Europe-CDI), cuyo objetivo principal es generar una comprensión más amplia de la epidemiología de C. difficile en Europa, ha investigado el papel de los alimentos en la transmisión de la bacteria en Europa.
Concretamente seleccionaron las patatas para ser muestreadas en su estudio, un alimento básico, consumido en todo el mundo, de origen no animal, y que es, hasta el momento, la hortaliza con tasas más altas de contaminación por C. difficile entre todas las analizadas.
Otro factor para escogerlas fue el hecho de que las patatas se importan y exportan con frecuencia entre países, pudiendo favorecer la diseminación de la bacteria. Algunos ribotipos-PCR de C. difficile importantes relacionados con la atención médica, como RT 027 y RT 001/072, tienden a propagarse clonalmente dentro de un solo hospital, región o país, mientras que otros, como RT 014, RT 002 y RT 015, no muestran agrupación basada en países y es muy probable que se difundan por toda Europa a través de otras fuentes, posiblemente incluida la cadena alimentaria.
En el estudio se tomaron entre enero y julio de 2018, un total de 147 muestras de patatas, de venta al por menor, en 12 países europeos: Polonia, Rumania, Eslovaquia, Austria, Francia, Países Bajos, Reino Unido (RU), Irlanda, Suecia, Grecia, Italia, España. Un 22,4% de estas muestras dieron positivo para C. difficile (33 de 147 muestras).
La presencia de restos del suelo en las patatas parece influir en la proporción de positivos. De todas las muestras recolectadas, más de la mitad estaban visiblemente cubiertas con restos de suelo, el 25,9% moderadamente y el 31,3% excesivamente. Se vió una diferencia significativa en la proporción de muestras positivas para C. difficile entre las patatas visiblemente limpias (3,2 %) frente a aquellas moderadamente cubiertas de tierra (36,8 %) o las excesivamente cubiertas de tierra (37,0 %).
Los autores del estudio concluyen que las altas tasas de contaminación en las patatas (≥ 10% de todas las muestras en 9/12 países) podrían tener una relevancia potencial para la salud pública.
Las patatas generalmente se lavan, pelan y cocinan antes de comer, lo que reduce el riesgo de que puedan ser una fuente directa de infección. No obstante, pueden servir como vector para introducir esporas de C. difficile en el entorno doméstico y/o en la cadena alimentaria, donde podrían persistir. O incluso podrían servir como portadores de esporas que se esparcen entre países.
Después de una exposición indirecta, si C. difficile es ingerida por humanos o mascotas puede multiplicarse en el organismo, particularmente en presencia de microbiota alterada o inmadura de un huésped sensible. De esta forma, la patata podría tener un papel en la transmisión de C. difficile entre reservorios comunitarios.
En definitiva, los autores abren con el proyecto una via de investigación, en la que se necesitaran más estudios para aclarar en papel de los alimentos en las cadenas de transmisión de C. difficile.
Fuente: Clostridioides difficile positivity rate and PCR ribotype distribution on retail potatoes in 12 European countries, January to June 2018, Eurosurveillance