Las torres de refrigeración están dejando de ser las principales sospechosas sistemáticas como origen de los brotes de legionelosis. Asi lo explica AEFYT al hacer balance del año pasado, en el que no se dió ningún caso de vinculación probada entre estos equipos y los diversos brotes de la enfermedad registrados en 2017 en España. Otras instalaciones de riesgo y el agua de red están pasando a compartir protagonismo como potenciales focos de infección.
Los brotes de legionelosis dejan de estar asociados principalmente a las torres de refrigeración
Las torres de refrigeración y equipos de refrigeración evaporativa han estado históricamente en el punto de mira cada vez que se ha registrado un brote de legionelosis.
Pero, esta situación parece que está cambiando en España, y parece que, ante un brote de legionelosis, las autoridades sanitarias consideran ya de forma habitual otros equipos de riesgo, que anteriormente no se habian tenido tan presentes.
Dada la importancia de investigar correctamente las causas últimas que producen los brotes de legionelosis, sin descartar factores como el suministro público de agua, muy seguramente, la nueva versión de la Norma UNE 1000030: 2017 “Prevención y control de la proliferación y diseminación de Legionella en instalaciones" ayudará también a mejorar la correcta detección de los focos de infección.
2017 sin legionelosis asociada a torres de refrigeración
La Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías (AEFYT) hace un balance positivo de 2017 en relación a los casos de brotes de legionelosis asociados a torres de refrigeración y equipos de condensación evaporativa. Las investigaciones de carácter ambiental y epidemiológico, así como las inspecciones efectuadas en las instalaciones de riesgo realizadas en torno a los brotes detectados en el último año han puesto de manifiesto la no existencia de vinculación probada entre los focos y este tipo de equipos.
Según AEFYT, buena parte de los casos registrados en 2017 tuvieron su origen en spas, como el brote del pasado septiembre en el Balneario de Liérganes (Cantabria) o en el agua de red, como el pasado verano en la urbanización Calicanto de Valencia.
En este sentido, una de las repetidas recomendaciones de AEFYT es el exhaustivo control de la red de suministro de agua: una colonia virulenta de Legionella Pneumophila accede a cualquier lugar con cierta concentración de agua a través de la red, por lo que el control de su origen es fundamental para evitar los brotes. Este agua llega a lugares tan próximos a los ciudadanos como aspersores, piscinas o fuentes públicas.
Ante situaciones en las que el origen de un brote de legionelosis no acaba de esclarecerse, AEFYT exige tanto transparencia informativa como la demostración fehaciente del origen del brote, antes de señalar a cualquier instalación concreta.
Por ejemplo, la Agencia de Salud Pública de Cataluña (Aspcat) incidió en que la posible presencia de la bacteria en unas torres de refrigeración de Blanes (Girona) se trataba de “la hipótesis más probable” de los casos registrados en el brote que se inició el pasado mes de octubre en esta localidad catalana, pero se reconoció que no hay constancia de que realmente sea así. También en Llinars del Vallés (Barcelona), se registraron casos el pasado otoño, cuyo origen, aún por determinar, apuntó a diferentes instalaciones de riesgo.
Mantenimiento adecuado de los equipos
La valoración que se realiza desde el Grupo de Refrigeración Evaporativa de AEFYT a la vista de estos datos es positiva, en la medida que ratifican la seguridad de estos equipos, siempre que se les haga un mantenimiento correcto, de acuerdo a la legislación vigente.
AEFYT afirma que torres y condensadores evaporativos son completamente seguros con un sencillo mantenimiento, tal y como establece el Real Decreto 865/2003, de 4 de julio, por el que se fijan los criterios higiénico-sanitarios para la prevención y control de la legionelosis. Mantenimiento que no solo permite evitar la proliferación de la bacteria, sino también optimizar el rendimiento y la vida útil de los equipos.
En este sentido, Manuel Lamúa, gerente de AEFYT, recuerda que “es de máxima importancia respetar las labores de mantenimiento en los equipos de riesgo de alojar la bacteria Legionela y, además, hay que recordar que éstas se deben desarrollar a lo largo de todo el año”.
Mayor compromiso de instaladores y propietarios
La Asociación también destaca el cada vez mayor compromiso de instaladores y propietarios de estas instalaciones con el control, mantenimiento e inspección de los mismos, habiéndose acometido un considerable esfuerzo a lo largo de los últimos años para garantizar la seguridad y eficiencia de una tecnología que desempeña un papel fundamental en la industria moderna y ofrece importantes ventajas relacionadas con el ahorro energético, el respeto medioambiental y la relación entre inversión y rendimiento.
Desde AEFYT también se valora positivamente el hecho de que, tras unos años en los que se apuntaba directamente a los equipos de refrigeración evaporativa como causantes de los brotes, “las administraciones autonómicas de Sanidad Ambiental hayan dejado de referirse a dichos equipos como únicos causantes de la proliferación de la bacteria y han comenzado a considerar el resto de instalaciones de riesgo –fuentes públicas, sistemas de riego, spas, piscinas, vaporizadores, sistemas de agua caliente sanitaria, etc.- y, en consecuencia, tomar medidas más apropiadas frente a este problema”.
Fuente: AEFYT