Diversas son las técnicas existentes de desinfección de los entornos hospitalarios, que permiten que el ambiente sea limpio y seguro para los pacientes. Pero todas ellas tienen carencias en un parámetro común: la desinfección continua. Una nueva propuesta científica, basada en un sistema de luz con longitud de onda centrada en 405 nm, aporta desinfección continua, seguridad y bajo consumo energético.
Desinfección continua del aire y de las superficies mediante luz
Uno de los sistemas tradicionales más habitualmente utilizados para los procesos de desinfección en hospitales se basa en el uso de luz en un rango de longitud de onda entre 240 - 260 nm, que se incluye en la categoría de radiación UV y UV-C.
Su facilidad de uso le da ventaja con respecto a otras técnicas de desinfección, sin embargo, este sistema no puede usarse en presencia del paciente en la habitación, debido a sus radiaciones nocivas, siendo la discontinuidad de la desinfección su principal inconveniente.
De la necesidad de desarrollar una técnica de desinfección más segura y que pueda usarse de forma continua, en presencia del paciente, surge la propuesta de una investigación realizada en India, en la que se desarrolla una técnica eficiente para la inactivación de patógenos en el aire y sobre las superficies mediante luz en la longitud de onda de 405 nm, con un bajo coste y menor consumo de energía.
Dentro del espectro visible de luz, que varía entre 400 y 700 nm, la luz violeta-azul que tiene alrededor de 405 nm ha demostrado tener una capacidad antimicrobiana óptima y puede utilizarse para eliminar bacterias en aire y superficies.
En el modelo propuesto, la inactivación de las bacterias es causada por luz de 405 nm dirigida a la porfirina intracelular de los patógenos, que absorve la luz, y éstos se eliminan debido a la generación de especies reactivas de oxígeno en su cuerpo.
El sistema utiliza una fuente de luz, que emite luz blanca dentro de un espectro amplio de 450-475 nm, que se encuentra dentro de la zona del espectro visible y es segura para las personas.
Luego, esta luz blanca de amplio espectro pasa a través de un filtro óptico de banda estrecha y alta intensidad, que reduce la longitud de onda en el rango de 400-410 nm a una longitud de onda centrada a 405 nm.
A la vez, se aplica también una red multisensor adaptativa con retroalimentación, que cambia el nivel de intensidad de la luz desinfectante según la densidad de las bacterias presentes en la habitación.
Esta naturaleza adaptativa del sistema ayuda a reducir el consumo de energía, que es especialmente necesario en caso de un proceso de desinfección continuo.
Fuente: Optical Filter Enabled Continuous Disinfection of Hospital Rooms Using Multi-Sensor Feedback Aided Light Source, Procedia Computer Science, 2017