Desde 2010 se conoce la circulación en España del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) en garrapatas del género Hyalomma, que hasta el momento ha provocado cuatro casos autóctonos humanos notificados en territorio español. El Ministerio de Sanidad ha actualizado recientemente su informe de situación y evaluación del riesgo de transmisión del virus en España.
El virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) ha sido notícia estos dias, después de que investigadores de la Universidad de Salamanca (USAL), la Junta de Castilla y León y el Centro Nacional de Microbiología (CNM) descubriesen la presencia de anticuerpos de este virus, transmitido principalmente por la picadura de garrapatas infectadas, en muestras de donantes de sangre de la Comunidad de Castilla. La incidencia y distribución geográfica del virus en España no se conoce de forma precisa, y este nuevo hallazgo hace sospechar que su circulación es mayor que la conocida hasta el momento y que muchas de las infecciones en humanos probablemente no llegan a ser diagnosticadas.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) es una de las enfermedades trasmitidas por garrapatas con mayor extensión a nivel mundial y se considera emergente en algunos países de Europa. España es un país con riesgo de circulación del virus debido principalmente a su proximidad geográfica con África, a que es lugar de tránsito obligado de aves migratorias procedentes de zonas endémicas que pueden introducir garrapatas infectadas, a la amplia presencia del vector responsable de la transmisión, garrapatas Hyalomma lusitanicum y Hyalomma marginatum , y a las condiciones climáticas, similares a otras zonas donde se ha constatado la circulación de este virus.
La presencia del virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo en España es conocida ya desde el año 2010, en el que investigadores del Centro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR) descubrieron la presencia de este patógeno en garrapatas extraidas de ciervos del sudoeste de España (Cáceres). Ya en aquel momento los expertos plantearon la alta probabilidad de que el virus circulase también por otras zonas de la Península Ibérica.
Un estudio realizado entre 2011 y 2015, y publicado recientemente por la Red de Investigación Colaborativa en Enfermedades Tropicales (RICET), confirma 4 regiones geográficas en España con resultados positivos para CCHFV en ese periodo: las provincias de Cáceres, Toledo, Segovia y Huesca. Asimismo, confirma la presencia de CCHFV en 128 (3.2%) de 3.959 garrapatas recolectadas de animales salvajes y domésticos. Todas las garrapatas positivas para CCHFV se recolectaron mientras se alimentaban de animales salvajes.
Casos humanos autóctonos
Los dos primeros casos autóctonos notificados de infección en humanos se produjeron en 2016, con el fallecimiento de un hombre picado por una garrapata en la provincia de Ávila y el contagio de una enfermera que atendió a esta persona y que, aunque presentó un cuadro clínico grave, se restableció de la enfermedad. La secuencia analizada en estos dos casos correspondía a una de las variantes detectadas entre las garrapatas positivas analizadas en los años previos. El virus se clasificó dentro del genotipo III, ampliamente distribuido por toda África.
En agosto de 2018 se detectó el tercer caso confirmado de FHCC en un hombre de 74 años sin antecedentes de viaje fuera de España, que había participado en actividades cinegéticas en la provincia de Badajoz. En este caso, la secuencia del virus obtenida mostraba diferencias genéticas con los virus de los pacientes de 2016 en los segmentos S y L; aunque seguían perteneciendo al genotipo III, sin embargo, la secuencia del segmento S se agrupó con cepas del genotipo IV, genotipo que contiene, mayoritariamente, cepas circulantes en Asia.
En mayo de 2019, en el contexto de un proyecto de investigación realizado por la Universidad de Salamanca, cuyo objetivo era conocer la implicación del VFHCC en fiebres de origen desconocido, fue detectado y confirmado por PCR un caso de FHCC en una persona ingresada en agosto de 2018, que recibió el diagnóstico de enfermedad vírica no filiada.
Informe del MSSSI sobre la situación y el riesgo de transmisión del virus
Desde 2016, en que se identificaron los primeros casos en humanos, se ha confirmado la presencia del virus en garrapatas del género Hyalomma capturadas sobre animales silvestres y sobre vegetación, en las comunidades autónomas de Extremadura, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y Andalucía. Durante 2018 se realizaron estudios sobre animales en estas cinco comunidades autónomas, detectándose serologías positivas tanto en animales silvestres como en domésticos en todas las comarcas estudiadas.
A partir de estos hallazgos, que han puesto en evidencia la circulación del VFHCC en España, el MSSSI ha realizado este año una actualización de la situación y de la evaluación del riesgo de FHCC para España, publicada en un informe en julio de este año.
Para que el VFHCC suponga un riesgo importante de salud pública, se requiere una alta densidad de población de garrapatas infectadas en un área de alta concentración de animales hospedadores y con un alto contacto con humanos susceptibles.
Según el informe del MSSSI, la detección de los casos autóctonos y los hallazgos de los estudios posteriores realizados en garrapatas y animales, confirma que en algunas zonas de España hay un porcentaje importante de garrapatas infectadas y zonas de circulación del virus, habiéndose instaurado posiblemente un ciclo cerrado entre garrapatas y hospedadores. Esto indica que la extensión de la circulación del VFHCC en España es mayor de la esperada y pone en evidencia la necesidad de realizar estudios más amplios, incluyendo estudios serológicos en humanos, para conocer las implicaciones de esta circulación sobre la salud humana.
El hecho de que la garrapata H. lusitanicum no sea un parásito habitual de las aves, apoyaría el supuesto de que el virus circula en diferentes hospedadores de la geografía española y que estas garrapatas se han infectado a partir de estos hospedadores.
La probabilidad de infección para las personas depende fundamentalmente de la intensidad de exposición a las garrapatas. El principal grupo de riesgo serían por tanto los trabajadores expuestos a la picadura de garrapata como los ganaderos, agentes forestales o agricultores. Así mismo, los cazadores y las personas que realizan actividades lúdicas al aire libre en zonas rurales sin la debida protección, tendrían también un mayor riesgo de picaduras.
La transmisión de persona a persona por contacto directo, a través de la exposición de la piel o mucosas a sangre, líquidos corporales y tejidos de pacientes sintomáticos es posible, especialmente en los últimos estadios de la enfermedad donde la carga viral es más alta.
Aunque parece haber un importante porcentaje de casos de FHCC asintomáticos y subclínicos en España, los casos sintomáticos presentan una elevada tasa de letalidad, y pueden producir la transmisión de persona a persona a través de un contacto estrecho.
Finalmente, en el informe se concluye que el riesgo de que se produzcan más casos esporádicos de FHCC en España es moderado en zonas donde hay presencia de garrapatas del género Hyalomma y especialmente en la población con una mayor exposición a sus picaduras. Sin embargo, el impacto de la enfermedad se considera bajo, dado que aunque pueda ser una enfermedad grave el número de personas afectadas no sería elevado y se dispone de medios adecuados de aislamiento y control de los casos.
Fuentes: Survey of Crimean-Congo Hemorrhagic Fever Enzootic Focus, Spain, 2011–2015, Emerging Infectious Diseases