La cochinilla de la humedad pertenece a la familia de los isópodos y es el único crustáceo que se ha podido adaptar para la vida fuera del agua (y por ello es el único que no tiene fase larvaria: desarrollo directo). Pese a ello, siempre las encontraremos en condiciones de humedad porque sus branquias no pueden funcionar en ambientes secos. La hembra, como el resto de crustáceos, transporta los huevos en una ooteca.
Las cochinillas se alimentan principalmente de materia vegetal (como madera ablandada por la acción de los hongos, frutas o verduras) o de animales muertos, y son grandes destructoras de papel si este se encuentra en lugares húmedos y mohosos.
En concentraciones normales, las cochinillas de la humedad son beneficiosas porque sirven de alimento para otras especies y contribuyen levemente al mejoramiento de la tierra en qué habitan. En concentraciones altas o muy altas pueden llegar a ser muy perjudiciales puesto que pueden acabar con las plantaciones. Una presencia muy alta de este tipo de isópodos en las casa manifiesta un exceso de humedad en el ambiente, con los problemas que esto conlleva asociados, por ejemplo, a la formación de hongos. En ese caso deberemos tomar las medidas adecuadas para recuperar la calidad ambiental en el interior.