Una ciudadana alemana importó y crió accidentalmente mosquitos Aedes aegypti en su domicilio tras una estancia en Martinica. Lo que puede parecer una anécdota, muestra la necesidad de concienciación sobre la posible introducción y establecimiento de mosquitos vectores invasores, a través de vías que no son actividades comerciales. Este caso muestra también la efectividad de los sistemas de vigilancia pasiva de vectores basados en ciencia ciudadana.
Cuidado con los mosquitos en el equipaje
A finales del pasado mes de marzo una ciudadana alemana viajó a Martinica, de donde se llevó de vuelta a casa tres pequeñas plantas tropicales.
Para mantenerlas vivas, las tuvo en agua durante su estancia en Martinica y envueltas en paños húmedos durante el viaje de regreso, hasta que las instaló en un jarro con agua en su sala de estar en Alemania, donde ya tenía otras plantas exóticas bajo condiciones subtropicales (+- 25 ° C, 60-70% humedad relativa).
A principios de abril aparecieron mosquitos volando por su sala de estar, a los que mató sin darle más importancia. A finales de mayo descubrió docenas de larvas desarrollándose en el recipiente que albergaba las plantas de Martinica. Inmediatamente, tiró el agua con las larvas por el fregadero.
Pero el asunto no terminó aquí, ya que, para su desesperación, siguió detectando mosquitos adultos en su salón hasta mediados de junio. Fué entonces cuando decidió presentar varios especímenes capturados en su hogar al proyecto de ciencia ciudadana alemán Mückenatlas, que desde el 2012 realiza una monitorización de la presencia de mosquitos en territorio alemán con datos proporcionados por los ciudadanos, al igual que el proyecto Mosquitoalert lo hace en España.
Tras ser analizados por expertos del proyecto Mückenatlas, los mosquitos resultaron ser ejemplares de Aedes aegypti, considerado el vector culícido de virus más importante en todo el mundo, importados de Martinica con las plantas tropicales. Afortunadamente, los mosquitos capturados en el domicilio alemán no estaban infectados con ninguno de los abundantes virus que Aedes aegypti es capaz de transmitir: el zika, el dengue, el chikungunya o la fiebre amarilla.
Siguiendo las directrices que marca el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), para controlar la introducción de mosquitos vectores en Europa, se monitorizó mediante trampas la posible presencia de mosquitos Aedes aegypti alrededor del domicilio afectado. Las trampas se mantuvieron durante ocho semanas y se revisó una vez por semana la presencia de huevos o mosquitos adultos, con resultados negativos.
Asimismo, en el mismo plazo de tiempo, se monitorizaron semanalmente de forma sistemática los contenedores artificiales del agua en jardines vecinos en un radio de 450 metros, a la busca de mosquitos en los diferentes estadios de desarrollo, sin hallar evidencia de A. aegypti fuera del domicilio afectado.
Un viejo conocido en Europa
Históricamente, desde finales del siglo XVII hasta mediados del siglo XX, Aedes aegypti estaba ampliamente distribuido por el Mediterráneo, alrededor del mar Negro y hasta el mar Caspio, estando documentadas altas tasas de mortalidad en epidemias de fiebre amarilla y dengue causadas por esta especie en Europa.
Esporádicamente, durante el verano, también se desarrollaban algunas poblaciones en zonas más al norte, como Francia o Reino Unido, donde eran introducidas por barcos que regresaban de los tropicos.
A mediados del siglo XX la especie desapareció de Europa pero recientemente está re-emergiendo en la costa este del mar Negro, incluyendo el sur de Rusia, Abjasia, Georgia y el este de Turquía, asi como en la isla portuguesa de Madeira. Asimismo, Paises Bajos ha notificado la introducción de huevos de mosquitos de esta especie con el comercio de neumáticos usados y de mosquitos adultos en aviones.
Estar vigilantes
Si bien el caso alemán no tiene una gran relevancia epidemiológica, ya que la vía de mantenimiento y propagación del virus sería probablemente muy ineficiente, si que ha existido un riesgo potencial de infección de individuos aislados expuestos a las picaduras, durante la infestación del domicilio, si los mosquitos hubiesen sido portadores de patógenos.
Por otra parte, el caso recuerda la cuestión de si A. aegypti es capaz de establecerse en Europa Central. El punto más crítico en este aspecto es su capacidad para sobrevivir el invierno, ya que sus huevos no son resistentes a la congelación. Sin embargo, en algunas zonas de EEUU, donde las temperaturas invernales pueden caer por debajo de -20ºC, A.aegypti parece haber sobrevivido en lugares protegidos y, teoricamente, esto podría suceder también en Europa.
En conclusión, los viajes y el comercio conducen a la introducción de mosquitos invasores de todo el mundo a zonas no endémicas donde tienen el potencial de reproducirse y establecerse. Dado que algunos de ellos son vectores de agentes patógenos y pueden transportarlos cuando se introducen, la aplicación de esquemas de vigilancia apropiados es cada vez más importante.
Además de la necesaria vigilancia realizada por las autoridades sanitarias, el caso muestra el valor que también tienen los sistemas de vigilancia pasiva, con la participación ciudadana, en la detección de los diminutos y peligrosos invasores.
Fuente: Eurosurveillance