Bacillus thuringiensis subsp. israelensis (Bti) es uno de los larvicidas biológicos disponibles más adecuados para el control de poblaciones de dípteros, de géneros como Aedes, Culex, Anopheles y Simulium, cuya efectividad se ha demostrado en programas de control integrado de plagas en todo el mundo. Su aplicación continuada durante todo el año no parece generar resistencia en los mosquitos ni resistencia cruzada con otros compuestos insecticidas.
Bacillus thuringiensis svar. israelensis (Bti) es un larvicida eficaz y seguro para controlar poblaciones de mosquitos y simúlidos, cuyo modo de acción está basado en cristales que contienen cuatro protoxinas altamente tóxicas para las larvas de estos dípteros.
Estas protoxinas desfavorecen la aparición de resistencia, sin embargo en áreas en las que es necesario el control de vectores durante todo el año y se requieren aplicaciones continuas de larvicidas, se produce una fuerte presión de selección. Un estudio realizado en Brasil investiga los efectos de una exposición intensiva de mosquitos Aedes aegypti a Bti, analizando su susceptibilidad al larvicida y a dos de sus protoxinas individualmente, asi como a otros agentes de control (temefos y diflubenzuron) y el perfil de enzimas desintoxicantes de las larvas expuestas.
Modo de acción de Bti
Los principales agentes activos de este larvicida microbiano son, como ya hemos comentado, los cristales que contienen protoxinas pertenecientes a la familia de toxinas Cry de 3 dominios (Cry11Aa, Cry4Ba y Cry4Aa) y la toxina citolítica (Cyt1Aa), altamente tóxicas para las larvas de los mosquitos. Estas protoxinas actúan en sinergia, ya que los componentes individuales muestran una menor toxicidad que todo el conjunto de componentes del cristal, que muestra la mayor acción larvicida.
Los pasos principales del modo de acción de Bti incluyen la ingestión de los cristales por las larvas, su solubilización en el intestino medio y la liberación de las protoxinas que se convierten proteolíticamente en toxinas. Posteriormente, estas toxinas activadas interactúan con los receptores del intestino medio, se insertan en las membranas provocando la formación de poros, que conduce a la permeabilidad celular y a la lisis osmótica que daña la membrana celular.
Igualmente efectivo después de 30 generaciones de mosquitos expuestas
Para realizar el estudio, más de 290.000 larvas de A.aegypti se sometieron a tratamiento con Bti a lo largo de 30 generaciones
La exposición a Bti produjo un promedio de 74% de mortalidad en cada generación. Las larvas evaluadas en siete puntos de tiempo a lo largo de las 30 generaciones fueron susceptibles al cristal Bti (relación de resistencia RR ≤ 2.8) y a sus toxinas individuales Cry11Aa y Cry4Ba (RR ≤ 4.1).
Se detectaron signos tempranos de susceptibilidad alterada a Cry11Aa en las últimas evaluaciones, lo que sugiere que esta toxina era un marcador de la presión de selección impuesta. Las larvas RecBti (continuamente expuestas a Bti) también fueron susceptibles (RR ≤ 1.6) a los otros agentes de control, temefos y diflubenzuron.
Por otra parte, la actividad de las enzimas desintoxicantes estudiadas se clasificaron como inalteradas en larvas de dos generaciones (F19 y F25), excepto un aumento de β-esterasas en F25. La actividad inalterada de la mayoría de las enzimas desintoxicantes sugiere que podrían no desempeñar un papel importante en el metabolismo de las toxinas Bti, por lo que es improbable que se produzca resistencia por este mecanismo.
Los autores concluyen que la exposición prolongada de las larvas de A.aegypti al Bti no evolucionaron a resistencia al cristal y no se registraron resistencias cruzadas con el temefos y el diflubenzuron, lo que respalda el uso sostenible de Bti para las prácticas de control integrado.
Fuente: Long-term exposure of Aedes aegypti to Bacillus thuringiensis svar. israelensis did not involve altered susceptibility to this microbial larvicide or to other control agents, Parasites & Vectors