La pérdida de biodiversidad aumenta la transmisión de enfermedades infecciosas, siendo las especies con mayor probabilidad de desaparecer aquellas que neutralizan la transmisión de patógenos, mientras que las que permanecen tienden a ser las que la aumentan, como el virus del Nilo occidental, la enfermedad de Lyme y el Hantavirus.
Efecto protector de la biodiversidad
Un estudio financiado por la National Science Foundation (NSF), National Institutes of Health (NIH) y el Programa Ecology of Infectious Diseases (EID), publicado en la revista Nature, concluye que la pérdida de especies en los ecosistemas como bosques y campos provoca un aumento de patógenos causantes de enfermedades.
Los expertos exponen que el cambio climático se está acelerando, provocando una serie de consecuencias imprevistas. Desde los años cincuenta, la biodiversidad mundial ha disminuido a un ritmo sin precedentes, estimandose que los índices de extinción actuales son de 100 a 1.000 veces más elevados que en épocas anteriores, y se prevé que aumentará de forma drástica en los próximos 50 años.
La enfermedad de Lyme se transmite a los humanos por la picadura de una garrapata infectada (Ixodes scapularis). Las garrapatas inmaduras pueden adquirir la infección si se alimentan de un huésped infectado y pueden ser infecciosas para los seres humanos si sobreviven. Imagen: Nature |
Un mejor entendimiento del papel del cambio del medioambiente en la aparición y transmisión de enfermedades es clave para posibilitar tanto la predicción como el control de éstas. La expansión de las poblaciones humanas está aumentando el contacto con nuevos agentes patógenos a través de actividades tales como la deforestación para agricultura y la caza de la fauna.
Felicia Keesing, principal autora del artículo, expone que ya conocían los casos específicos del virus del Nilo occidental y del Hantavirus, en los que la disminución de la biodiversidad incrementa la frecuencia de la enfermedad.
Pero, según Keesing, el patrón es mucho más general y este hecho es aplicable para los distintos tipos de patógenos, como virus, bacterias y hongos, y para muchos huéspedes ya sean humanos, animales o plantas. La investigadora pone enfásis en la necesidad de implementar políticas para preservar la biodiversidad y su efecto protector.
En el caso de la enfermedad de Lyme (enfermedad provocada por una bacteria que la transmiten las garrapatas), según el coautor Richard Ostfeld, las especies que neutralizan fuertemente las enfermedades, como la zarigüeya, disminuyen cuando se fragmentan los bosques, pero en cambio los ratones de patas blancas, que aumentan el número de garrapatas y por tanto la transmisión de la bacteria que causa la enfermedad, prosperan.
Según el científico, los investigadores todavía no saben por qué la mayoría de las especies resistentes, "las últimas que permanecen cuando la biodiversidad se pierde", son las únicas que también amplifican los patógenos. Los autores exponen que la mejor manera de impedir estos efectos es a través de preservar los hábitats naturales.
Fuente: La gran época
Artículo original:
Felicia Keesing,Lisa K. Belden,Peter Daszak,Andrew Dobson,C. Drew Harvell,Robert D. Holt,Peter Hudson,Anna Jolles, Kate E. Jones,Charles E. Mitchell,Samuel S. Myers, Tiffany Bogich & Richard S. Ostfeld
Impacts of biodiversity on the emergence and transmission of infectious diseases , Nature Volume: 468, Pages:647-652 Date published(02 December 2010)