Los flebotomos, diminutas moscas con apariencia peluda, son un problema emergente en Europa. El calentamiento global y los patrones humanos de urbanización afectan a la distribución y abundancia de estos vectores de la leishmaniasis, que se están expandiendo gradualmente hacia el norte y, con ellos, la enfermedad.
Mucho menos conocidos que los mosquitos como vectores de enfermedades, diversas especies de las diminutas moscas que conocemos como flebotomos son responsables, a través de sus picaduras, de la transmisión de parásitos Leishmania spp., causantes de la leishmaniasis visceral y cutánea.
Aunque su impacto sobre la salud pública es mayor en paises del sur y el este de la costa mediterránea, los flebotomos son un problema emergente en zonas del norte de Europa debido al calentamiento global y al comportamiento de las sociedades humanas, que afectan a la distribución y la abundancia del vector. De forma paralela, dentro de España estos insectos se están expandiendo hacia zonas más al norte y de mayor altitud, donde previamente no estaban presentes.
Actualmente los podemos encontrar prácticamente en toda España, donde colonizan nuevas zonas hacia el norte y también zonas de montaña, en la Cordillera Cantábrica y los Pirineos hasta alturas de 1600 metros, y con ellos ha ido expandiéndose también la leishmaniasis.
El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado hace unos dias mapas, actualizados en octubre 2021, de la distribución en Europa de diez especies de flebotomos con capacidad vectorial. Si los comparamos con los mismos mapas publicados por el ECDC en el 2018 y nos fijamos en la Península Ibérica, se aprecia esta colonización de nuevas zonas en las especies P. ariasi, P. papatasi, P. sergenti y P. perniciosus., la especie más abundante en España y vector más importante de L.infantum, la especie del parásito más extendida en la región mediterránea .
Adaptación de los vectores al medio urbano
La actividad humana es precursora en gran medida de la expansión de vectores como los mosquitos, las garrapatas o los flebotomos.
Por una parte, el calentamiento global de las temperaturas influye directamente sobre estos animales. El calor acelera su metabolismo y su capacidad de reproducción, a la vez que les permite tener periodos más amplios de actividad y también adaptarse a nuevas zonas geográficas. Actualmente, existen zonas de España en las que los flebotomos están activos durante todo el año.
Y por otra parte, nuestros entornos urbanizados les ofrecen habitats fantásticos para prosperar. Sus larvas se desarrollan en materia orgánica vegetal donde haya un cierto grado de humedad, por lo que las zonas ajardinadas, parques y espacios urbanos donde se acumulen restos vegetales humedos les son muy propicios. Sin depredadores naturales y con temperaturas unos grados más altas que en entornos rurales, la presencia de flebotomos en las ciudades va en aumento. Además de espacios verdes, sorprendentemente también han colonizado los sistemas de alcantarillado, como se constató en un estudio sobre las ratas de alcantarilla en Barcelona, en el 2019. En el marco del proyecto BCNRats, se halló que un 33% de las ratas de alcantarilla de Barcelona están infectadas por Leishmania, un hecho que se asoció a la alta presencia de flebotomos en el sistema de alcantarillado barcelonés.
En los entornos urbanizados son también abundantes los reservorios del parásito Leishmania, principalmente los perros, pero también conejos o liebres que habitan en zonas urbanas y periurbanas. La capacidad de conejos y liebres para actuar como reservorio del parásito fue descubierta por primera vez en el estudio del brote de leismaniasis humana más importante de la cuenca mediterránea, que se inició en el 2010 en el suroeste de Madrid.
Si tenemos en cuenta que en entornos urbanos y periurbanos abundan los hospedadores, como perros y humanos, y disminuye el esfuerzo de desplazamiento de los flebotomos hacia éstos, la probabilidad de que estas zonas sean el objetivo de las diminutas moscas aumenta. De hecho, según los expertos, la transmisión de la leishmaniosis que predomina en nuestro país es urbana y periurbana más que rural.
Fuente: ECDC, onehealthin.com/
