El vuelo de los mosquitos tiene lugar generalmente cerca del suelo, en áreas donde encuentran los recursos para cubrir sus necesidades, como alimento, refugio, pareja y lugares donde reproducirse. Sin embargo, en la zona africana del Sahel se ha comprobado que algunas especies de mosquitos Anopheles ascienden hasta 290 metros de altura para que las corrientes de aire los transporten durante cientos de kilómetros en pocas horas.
Durante la larga estación seca en la región semidesérica africana del Sahel, la transmisión de la malaria cesa porque los mosquitos vectores de la enfermedad desaparecen durante meses, al igual que el agua superficial necesaria para su reproducción. Pero, curiosamente, con las primeras lluvias tras la estación seca, el número de adultos aumenta rápidamente, sin que pueda explicarse este fenómeno por la reanudación de la reproducción en los lugares nuevamente llenos de agua de lluvia.
La explicación de este auge súbito de poblaciones adultas de mosquitos se recoge en un estudio publicado en Nature, en el que se constata la detección de mosquitos vectores de la malaria a gran altitud en el Sahel, que intencionadamente migran a grandes distancias con el viento, en direcciones estacionalmente favorables.
Se conocen casos de migraciones de insectos a largas distancias, como las mariposas Danaus plexippus, que se desplazan entre América del Norte y México, pero según este estudio, este tipo de migraciones en insectos es un fenómeno subestimado, en gran parte debido a la dificultad de detectar sus vuelos a gran altitud.
La tecnología de radar no detecta insectos pequeños, con un peso inferior a 10mg, como es el caso de los mosquitos, que deben rastrearse mediante muestreo con redes aéreas. En el estudio realizado en el Sahel, se utilizaron redes adhesivas atadas a globos llenos de helio fijados en diferentes poblaciones. Las redes se suspendieron a diversas alturas, entre 40 y 290 metros, durante aproximadamente 10 noches consecutivas cada mes y a lo largo de un período de 22 a 32 meses.
Durante un total de 617 noches de muestreo, se capturaron 461.100 insectos, que incluyeron 2.748 mosquitos. Controles de los autores les permitieron concluir que los insectos fueron capturados en altitud y no durante el despliegue del globo cerca del suelo.
Entre los mosquitos capturados se encontraban A. gambiae y A. coluzzii, así como otras cuatro especies vectores de la malaria. Las comparación de distribuciones de especies entre poblaciones y años, y los picos constantes en las capturas de insectos de mediados a finales de la temporada de lluvias , indican que la migración a gran altitud de los vectores de la malaria es común y deliberada en lugar de accidental. Las trayectorias migratorias simuladas para estos vectores sugieren distancias máximas de alrededor de 300 km, en un viaje de 9 horas a gran altitud, siguiendo patrones estacionales.
Propagación de la malaria
Una importante conclusión del estudio es el potencial de la migración con el viento para propagar a grandes distancias la malaria, a través del flujo de insectos infectados con los parásitos que la causan. De los mosquitos capturados en el estudio, las hembras (solo las hembras transmiten la malaria) superaron en número a los machos, en una proporción de 4:1. Además, más del 90% de las hembras capturadas habian realizado, al menos, una ingesta de sangre antes del vuelo, y el 31% de estas ingestas era de sangre humana. Esto implica la potencial exposición de los mosquitos hembra a los parásitos de la malaria y su potencial capacidad de propagar la infección a grandes distancias.
Los vectores de la malaria transmitidos por el viento, estén o no infectados con parásitos, podrían afectar a las estrategias de control de la enfermedad. Si se confirma que hembras infectadas con el parásito causante de la malaria se transmiten con el viento, implicaria la posibilidad de reintroducción de la enfermedad en zonas donde la enfermedad ha sido eliminada, asi como un potencial de propagación a largas distancias de parásitos resistentes a los medicamentos contra la malaria.
La migración podría fomentar también la propagación a larga distancia de mosquitos resistentes a los insecticidas, empeorando una situación ya grave, dada la propagación actual de la resistencia a los insecticidas en las poblaciones de mosquitos.
Fuente: Windborne long-distance migration of malaria mosquitoes in the Sahel, Nature