A pesar de estar consideradas como sustancias candidatas a la sustitución por su toxicidad, los rodenticidas anticoagulantes siguen en el mercado de la UE y son ampliamente utilizados, ya que no existen, por el momento, alternativas efectivas para controlar las infestaciones de roedores. Las medidas de mitigación del riesgo no logran evitar la intoxicación primaria y secundaria de especies no objetivo. Los jabalíes de Barcelona son un ejemplo.
Los rodenticidas anticoagulantes siguen considerandose esenciales en la UE para garantizar un control adecuado de las infestaciones de roedores, aunque está reconocida su naturaleza reprotóxica en concentraciones iguales o superiores a 30ppm y su importante impacto sobre especies no diana.
Para mitigar el riesgo para la salud y el medio ambiente, la legislación europea ha establecido importantes restricciones en las condiciones de uso y comercialización de estas sustancias. Por ejemplo, la prohibición del cebado permanente, es decir su uso sólo debe realizarse cuando exista certeza de una plaga, y la limitación temporal de los tratamientos, los productos no deben utilizarse más de 35 días sin una evaluación del estado de la infestación y la eficacia del tratamiento. Su uso está prohibido en el campo y únicamente se mantienen para el control de roedores en entornos urbanos o granjas.
Sin embargo estas medidas no consiguen, por el momento, evitar el impacto sobre la fauna silvestre en zonas con actividad humana. Una desratización poco cuidadosa afecta directa o indirectamente a especies que conviven con nosotros, y en última instancia, también al ser humano.
En zonas urbanas y periurbanas de ciudades como Barcelona las especies más afectadas son, principalmente, las que se alimentan de micromamíferos que son objeto de la actividad de desratización, especialmente las aves rapaces como lechuzas o búhos y los erizos. Pero también ocurren las intoxicaciones directas de especies cuando la desratización se realiza mediante formulados no adecuados o sin la debida protección del cebo en el interior de portacebos.
Los jabalíes también ingieren rodenticidas
La acumulación de los rodenticidas anticoagulantes en los eslabones de la cadena trófica es un asunto pendiente. Asi lo muestra un estudio realizado por científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) del CSIC y de las universidades de Barcelona y de Lleida, que evalua la influencia de la urbanización y del oportunismo trófico del jabalí (Sus scrofa) en la acumulación de estos compuestos. En este trabajo, se analiza la prevalencia de rodenticidas anticoagulantes en el hígado y tejidos musculares de 83 jabalíes capturados en el área urbana de Barcelona, el área suburbana del Parque Natural de Collserola y el área rural de Santa Quiteria, cercana al Parque Nacional Cabañeros.
El jabalí es una especie autóctona en expansión, con una gran capacidad de adaptación a hábitats muy diversos si dispone de alimento, agua y refugio. La proliferación de esta especie ha ido acompañada en los últimos años de una mayor presencia en entornos urbanos, donde encuentra fuentes de alimento, como personas alimentadoras de fauna silvestre, comida para colonias de gatos o basura, que explican su colonización de los alrededores de Barcelona y su progresiva incursión en zonas de la ciudad, en un proceso de adaptación a lo largo de varias generaciones. Una vez habituados a los alimentos de origen humano, los jabalíes se vuelven irrecuperables para la vida en el medio natural.
De los animales estudiados, los jabalíes capturados en la ciudad de Barcelona mostraron la mayor prevalencia de detección de rodenticidas anticoagulantes (60,8%), seguidos del área suburbana contigua de Collserola (40%) y el área rural de Santa Quiteria (7.7%). La bioacumulación de los anticoagulantes detectados, mayoritariamente bromadiolona y brodifacoum, se constató principalmente en el hígado (45,2%) y con menor frecuencia en el músculo (11,9%). Una proporción significativa (13,7%) de jabalíes capturados en Barcelona ciudad excedió los 200 ng / g de rodenticidas anticoagulantes totales en el hígado, un umbral asociado a la aparición de efectos adversos sobre la coagulación sanguínea.
El estudio analiza también el riesgo humano, como parte de la cadena trófica, a través del consumo de carne de caza. Se considera que el riesgo de intoxicación aguda por consumir el músculo del jabalí es muy bajo, ya que los niveles de anticoagulantes en este tejido son casi nulos, pero se desaconseja la exposición repetida a través del consumo de hígado cuando el jabalí proceda de áreas sometidas a un uso intensivo de rodenticidas, debido a la alta concentración detectada en algunas muestras, y los autores consideran necesarias evaluaciones adicionales del riesgo para la salud pública.
Fuente: Accumulation of diastereomers of anticoagulant rodenticides in wild boar from suburban areas: Implications for human consumers, Science of The Total Environment