Sigilosas y resistentes, las chinches de la cama siguen dando guerra a los profesionales del control de plagas. Tanto su creciente resistencia a los insecticidas, como su extraordinaria habilidad para esconderse en los más remotos rincones, complican los tratamientos. Un nuevo biopesticida, basado en el hongo Beauveria bassiana, se presenta como alternativa efectiva, tanto en letalidad como en su capacidad de afectar rápidamente a la totalidad de la infestación.
Bioinsecticida con esporas del hongo Beauveria bassiana
Utilizar hongos para controlar poblaciones de insectos no es una idea nueva. De hecho, investigadores de la Universidad Penn State en EEUU, llevan décadas trabajando en el desarrollo de biopesticidas.
Formaron parte del equipo que, en la década de los 90, desarrolló el bioinsecticida Green Muscle, que utiliza esporas del hongo Metarhizium anisopliae para controlar, con éxito, langostas y saltamontes en África, y de su hermano Green Guard, utilizado en Australia con el mismo fin.
El éxito de estas formulaciones llevó a científicos como Nina Jenkins, de la Penn State, a aplicar sus conocimientos sobre la formulación de biopesticidas fúngicos a otros objetivos, descubriendo que también pueden funcionar con mosquitos y moscas.
Y desde hace unos años, les toca el turno a las chinches de la cama, para los que ha estado preparando una formulación a base de esporas del hongo Beauveria bassiana, patógeno para los insectos pero inofensivo para los seres humanos. Además de formular el nuevo bioinsecticida, Jenkins se ha preocupado también de su lanzamiento al mercado, que se espera para este año, bajo el nombre comercial Aprehend .
Acceder a los escondites es clave
Las chinches de la cama se consideran, entre los profesionales del sector, como una de las plagas más dificiles que se pueden encontrar.
Los pesticidas químicos, que siguen siendo la principal herramienta para combatirlas, necesitan una exposición directa para ser letales, cosa difícil en el caso de las chinches dada su tendencia a agruparse en escondites de difícil acceso, y por lo general, son necesarias múltiples aplicaciones durante varias semanas para controlar la infestación.
Asi que el enfoque que ha adoptado Jenkins en el desarrollo del nuevo producto es aprovechar, precisamente, la tendencia natural de la chinche de esconderse en grupos. La propuesta es aplicar el bioinsecticida, formulado en espray, estrategicamente sobre superficies por las que probablemente se desplazaran las chinches, para acceder a su obligada ingesta de sangre, creando una barrera.
Cuando las chinches caminan sobre la superficie rociada, las esporas del hongo se quedan enganchadas en sus patas y, de este modo, ellas mismas las trasladan hasta los escondites y las transmiten fisicamente a otras chinches que permanecen escondidas. En un intervalo de 20 horas las esporas germinan e inician la colonización del cuerpo del insecto.
La exposición al hongo de tan sólo un pequeño porcentaje de la población es suficiente para conseguir cerca del 100% de infección, resultando, según pruebas realizadas, en más de un 95% de mortalidad.
Las esporas de los hongos se pegan a las patas de las chinches, y los insectos las propagan. A las 20 horas de exposición, las esporas germinan y colonizan el cuerpo de la chinche, matándola en cuatro a siete días.
Eficacia del producto
La eficacia del biopesticida Aprehend se evaluó sobre una cepa de chinches de laboratorio sensible a los insecticidas y se comparó con su efecto sobre tres cepas recogidas en campo, resistentes a los insecticidas. También se comparó la mortalidad de estas cuatro cepas de chinches tras la exposición a un insecticida piretroide comercial o a Aprehend.
Para ello, los investigadores aplicaron el biopesticida a base de hongos sobre una tela de edredón, utilizada habitualmente por los fabricantes de somieres. Lo mismo hicieron con un insecticida piretroide comercial en concentraciones altas y bajas. Tras dejar que las telas se secaran, expusieron a los insectos.
Los resultados mostraron que el biopesticida era igualmente efectivo para las cuatro cepas de chinches, incluidas las resistentes a los insecticidas, consiguiendo una tasa de mortalidad de entre 95,5 y 99% en un plazo de 14 dias.
Las chinches no resistentes expuestas a la tela tratada con el insecticida químico obtuvieron una tasa de mortalidad similar (98-100%) después de la exposición a Aprehend ™ o a la deltametrina. Los tiempos medios de supervivencia de las chinches fueron de 5,1 días para Aprehend ™, y de 4,8 y 3,0 días para las concentraciones baja y alta de deltametrina, respectivamente.
Pero, en el caso de las cepas resistentes, con la deltametrina tan sólo se consiguió una mortalidad del 16-40% a los 14 días después de la exposición.
Un dato importante, según los autores, es que la resistencia a los insecticidas piretroides no confiere resistencia cruzada a la infección por B. bassiana, que tiene un modo de acción único, sin resistencia conocida. Por lo que sería una candidata a ser utilizada en el control de las chinches.
Efecto preventivo
Otro aspecto relevante del nuevo producto es que abre también un mercado para la prevención de las infestaciones. Dado que el spray Apprehend perdura y permanece efectivo durante un período de tres meses, puede ser utilizado, por ejemplo, como un tratamiento preventivo trimestral en hoteles.
Si bien no puede evitarse que se introduzcan las chinches en los establecimientos, si se pueden maximizar las probabilidades de que las chinches crucen una barrera rociada, en su desplazamiento hacia o desde su escondite, y prevenir asi que se establezca una infestación.
Fuente: https://www.psu.edu/