Los geles insecticidas han transformado en las últimas décadas el control de las cucarachas, combinando una formidable eficacia con la facilidad de aplicación. Dentro de un programa de control integrado de plagas, las ventajas de estos productos son numerosas siempre y cuando se utilicen de forma correcta. Vamos a ver algunos aspectos básicos a tener en cuenta.
Geles insecticidas para el control de cucarachas
Las cucarachas tienen una capacidad extraordinaria para adaptarse y eliminarlas es más que dificil. La aparición de los geles insecticidas, hace ya más de dos décadas, ha dotado a los técnicos aplicadores de una herramienta que combina una gran eficacia con una mayor simplicidad de aplicación, en comparación con las pulverizaciones.
Los cebos en gel para cucarachas son muy adecuados para utilizar en interiores, incluidas instalaciones y equipos de la industria alimentaria en superficies que no estén en contacto con alimentos, y particularmente útiles en áreas que no pueden tratarse con aerosoles, como cocinas o electrodomésticos.
Por si solos no pueden resolver todo tipo de infestaciones y deben utilizarse en el marco de un programa de control integrado de plagas. Sin embargo ofrecen importantes ventajas tanto para el aplicador como para el cliente: por ejemplo, carecen de plazos de seguridad, las aplicaciones pueden realizarse en cualquier momento, no emiten olores y a diferencia del insecticida residual no requieren ser aplicados en forma de barrera continua.
A todo esto hay que sumar que el efecto del gel insecticida alcanza no solo a la cucaracha que lo ingiere directamente, sino también a los individuos que no entran en contacto directo con él. Las ninfas del primer y segundo estadio rara vez abandonan sus refugios, desplazándose más lejos a medida que van madurando. En los programas de cebado hay que tener en cuenta este porcentaje de cucarachas jóvenes que no accederan directamente a los cebos, sino que se intoxicaran con el biocida por sus hábitos de coprofagia y emetofagia, es decir al ingerir las heces y vómitos de las cucarachas adultas que si han comido el cebo y han conseguido regresar hasta el nido.
Las probabilidades de éxito de intoxicación secundaria de las ninfas de estadios tempranos aumenta con la colocación de múltiples puntos de cebo pequeños en las proximidades de los refugios. Facilita que las cucarachas jóvenes que todavia no se alejan demasiado del nido puedan acceder al gel y también que las adultas que lo ingieren puedan volver al nido y transmitir parte del biocida a las ninfas jóvenes antes de morir.
Asi pues, los geles insecticidas para el control de cucarachas aportan un control específico, y de bajo riesgo, de diversas especies de cucarachas. Sin embargo, el éxito de los tratamientos depende de hacer un uso correcto del producto. Vamos a ver algunos aspectos básicos a tener en cuenta.
Estrategia clave: la rotación del producto
El patrón de uso más dañino para aumentar la probabilidad de resistencia al gel insecticida es el uso repetitivo del mismo producto. Cuando hablamos de producto, no sólo debe pensarse en el ingrediente activo del gel sino también en los ingredientes alimenticios dentro de la matriz de cebo, que actúan como atrayente.
La resistencia que pueden desarrollar las cucarachas no es solo química, al componente insecticida, sino también de comportamiento a algunos componentes del cebo, como la glucosa, a los que pueden llegar a desarrollar aversión.
Así pues, la rotación del gel es una práctica necesaria para evitar la resistencia y la aversión al cebo.
Aplicación correcta de los geles insecticidas
Para obtener los mejores resultados con los geles insecticidas, hay que tener en cuenta que las cucarachas sinantrópicas, como Blatella germanica, buscan refugio en espacios pequeños, cálidos y húmedos, con muy poco movimiento de aire y que estén cerca de fuentes de agua y alimentos.
Cuando hallan refugios con estas condiciones, la población de cucarachas permanecerá allí y crecerá.
Normalmente las cucarachas pasan la mayoría de su tiempo en los refugios y solo salen para alimentarse y aparearse. Si en el refugio o cerca de él existen recursos alimenticios o agua, el gel tendrá que competir con ellos. Por ello, el técnico aplicador debe estar capacitado para colocar los cebos directamente en los lugares de refugio o lo más cerca posible de ellos, entre el refugio y las fuentes de alimento, con el objetivo de que las cucarachas hallen e ingieran el cebo antes que otras fuentes de alimento.
Los geles insecticidas se han desarrollado hasta conseguir formulaciones estables, que no se desplazan ni resbalan en las superficies, lo que permite colocar el producto en grietas, esquinas y otros lugares susceptibles de ser refugios para las cucarachas.
La aplicación debe realizarse con método, iniciándola en una parte del área y avanzando sistemáticamente hasta tratar todos aquellos puntos que puedan actuar como refugio o zona de paso de las cucarachas.
Al realizar la aplicación, se recomienda no colocar el gel en puntos húmedos a no ser que el producto esté diseñado para ello, grasos, con mucho polvo, con temperaturas superiores a 50ºC o en zonas que se limpian regularmente.
La dosis debe ser adecuada
Dimensionar correctamente la dosis de gel es otro aspecto clave para el éxito del tratamiento. Para ello, siempre se deben seguir las recomendaciones de dosificación que el fabricante ha indicado en la etiqueta del producto.
Por otra parte, la cantidad necesaria de puntos de cebo en una estancia podría aumentar en aquellas áreas que presentan un mayor desorden, fuentes de alimento, equipos de procesamiento de alimentos, etc. Una inspección y un control minuciosos de la actividad de la plaga revelarán el nivel de infestación y la cantidad de refugios que pueden haber.
Se considera más eficiente colocar una gran cantidad de puntos pequeños de gel insecticida que tan solo algunos puntos grandes. De este modo se cubre un área más grande con la misma cantidad de cebo.
Por último, el éxito de un tratamiento con gel insecticida depende de que éste sea verdaderamente apetente para los insectos y de colocar suficiente cantidad gel distribuido en numerosos puntos estratégicos.