Prevenir el desperdicio alimentario es una prioridad en la UE. Se estima que hasta el 10% de los 88 millones de toneladas de residuos alimentarios generados anualmente en la UE están vinculados a la incomprensión por parte del consumidor de las fechas de consumo marcadas en los alimentos. Por lo que la CE está examinando formas de mejorar el marcado de estas fechas por parte de los agentes de la cadena alimentaria y su comprensión por parte de los consumidores.
Prevenir el desperdicio alimentario es una de las prioridades del Plan de acción de la UE para la economía circular y forma parte de la Meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que marca el compromiso de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita a nivel minorista y de consumo para 2030.
Aunque el desperdicio de alimentos se produce en todos los niveles de la cadena de suministro, desde la granja hasta la mesa, la mayor parte se genera en el consumo. Y dentro de este nivel, un estudio realizado por la CE en 2018 mostró que hasta un 10% de las casi 90 millones de toneladas de desperdicio alimentario anual que se produce en la UE está relacionado con el marcado de la data de consumo de los productos. El marcado de la fecha de consumo se utiliza como un término general para referirse tanto a las fechas de "consumo preferente antes de" como a las de "caducidad ".
Los resultados de este estudio también revelaron una amplia variación en las prácticas de marcado de la fecha en la UE y que el marcado de la fecha es particularmente relevante para la prevención del desperdicio de alimentos en las categorías de productos lácteos, zumos de frutas, carne refrigerada y pescado.
Partiendo de la base de que las iniciativas destinadas a reducir el desperdicio de alimentos nunca deben comprometer la seguridad alimentaria, la CE está examinando maneras de mejorar el marcado de estas fechas y tiene previsto proponer en 2022 una revisión de las normas de marcado en la UE.
Como parte de este proceso, la EFSA publicó a finales del año pasado un documento de orientación dirigido a los operadores de empresas alimentarias (OEA) para facilitar que integren el marcado de las fechas de consumo dentro de su sistema de gestión de la seguridad alimentaria. Esta guía desarrolla un enfoque basado en el riesgo, que deben seguir los OEA al decidir el tipo de marcado de la fecha ("consumo preferente antes de" o "caducidad"), el establecimiento de la vida útil del producto y la información alimentaria relacionada que debe incluirse en el etiquetado para garantizar la seguridad alimentaria.
Por otra parte, también se está realizando un estudio entre los consumidores, que evaluará cómo comprenden y utilizan el marcado de la fecha e identificará posibles nuevas formas de expresarla (por ejemplo, cambios en la terminología, la presentación visual y / o el formato).
¿Consumo preferente o caducidad?
Según la EFSA, la decisión sobre el tipo de marcado de la fecha debe tomarse producto por producto, considerando los peligros relevantes, las características del producto y las condiciones de procesamiento y almacenamiento.
La identificación del peligro es específica del producto alimenticio y debe considerar los microorganismos patógenos capaces de crecer en alimentos preenvasados con temperatura controlada, en condiciones razonablemente previsibles. Por otra parte, los factores intrínsecos (por ejemplo, pH y aw), extrínsecos (por ejemplo, temperatura y atmósfera de gas) e implícitos (por ejemplo, interacciones con la microbiota de fondo en competencia) del alimento determinan qué microorganismos patógenos y de descomposición pueden crecer en el alimento durante la manipulación y el almacenamiento hasta el consumo.
Para ayudar a los OEA a decidir el tipo de marcado de fecha para un determinado producto alimenticio, se desarrolló un árbol de toma de decisiones estructurado en una secuencia de 10 preguntas.
También se proporciona orientación sobre el establecimiento de la vida útil y las condiciones de almacenamiento requeridas, y sobre la identificación de los factores que influyen en el establecimiento de la vida útil.
Al establecer la vida útil, el OEA debe considerar las condiciones razonablemente previsibles de distribución, almacenamiento y uso de los alimentos. Los pasos clave para determinar y validar el período de vida útil son:
- La identificación de los microorganismos patógenos o de descomposición pertinentes y la estimación de su nivel inicial
- La caracterización de los factores del alimento, intrinsecos, extrinsecos e implícitos, que inciden en el comportamiento de crecimiento de los microorganismos
- La evaluación del comportamiento de crecimiento de los microorganismos en el producto durante el almacenamiento, desde la venta al por menor hasta el consumo, para determinar el momento en el que alcanzarán los niveles máximos aceptables, en las condiciones adecuadas razonablemente previsibles.
Según la EFSA se necesita, especialmente, claridad en la diferenciación entre los alimentos que, al final de su vida útil, podrían constituir 'un peligro inmediato para la salud humana' o volverse 'nocivos para la salud' debido al crecimiento de microorganismos patógenos, y los alimentos que al final de su período de vida útil pueden volverse 'no aptos para el consumo humano' debido al crecimiento de microorganismos no patógenos de descomposición.
Fuentes: Guidance on date marking and related food information: part 1 (date marking) EFSA, ec.europa.eu/food/