La contaminación de cereales y granos destinados a la alimentación animal con toxinas producidas por hongos sigue siendo una amenaza para la seguridad alimentaria a nivel global. En el primer semestre de 2019 las tendencias en Europa estuvieron marcadas por una fuerte prevalencia de desoxinivalenol (DON), especialmente en el trigo, las fumonisinas (FUM) y la zearalenona (ZEA).
Además de dañar directamente alimentos para el consumo humano, como cereales, legumbres o frutas, las micotoxinas afectan también a un gran porcentaje de materias primas destinadas a la alimentación de animales para consumo humano, y pueden dañar la salud de los propios animales si las ingieren. Las micotoxinas son sustancias químicas producidas por determinados microhongos, que contaminan alimentos como cereales, legumbres, tubérculos o fruta, y pueden tener una toxicidad aguda o crónica para personas y animales.
El estudio Biomin Mycotoxin Survey, que la empresa especializada en nutrición animal Biomin realiza periódicamente, es el más completo que se realiza sobre la presencia de micotoxinas en componentes que se utilizan para piensos, a nivel mundial. Los niveles de contaminación detectados en las muestras analizadas en todo el mundo aportan información sobre las variaciones, la prevalencia y el nivel de riesgo en las regiones, de forma global.
En el primer semestre de 2019 el estudio incluye los resultados de 44.727 análisis realizados en 9.730 muestras de materias primas y piensos, tomadas en 72 países distintos.
A grandes rasgos, del estudio se desprende que la co-contaminación de las materias primas y piensos con más de una micotoxina sigue siendo un problema actual, ya que un 75% de todas las muestras, analizadas para al menos 2 micotoxinas, contenían más de una micotoxina.
En el sur y sudeste de Asia, el principal riesgo es la gran abundancia de aflatoxinas (Afla) (91%), En Centroamérica predominan las fumonisinas (FUM)(83%) y el deoxinivalenol (DON)(80%), mientras que en América del Norte, el DON sigue siendo la micotoxina más prevalente (83%).
Tendencias en Europa
En Europa los resultados indican, a nivel global, un riesgo severo de micotoxinas, con una alta prevalencia de DON, que afecta particularmente al trigo, zearalenona (ZEA) y fumonisinas.
La zearalenona es una micotoxina producida por hongos Fusarium en maíz, trigo, cebada, avena y sorgo. Se la ha relacionado con problemas genitales y reproductivos en ciertos animales de granja.
Las fumonisinas son un grupo de micotoxinas producidas también por ciertas especies de Fusarium, principalmente en el maíz, pero también pueden contaminar el trigo, el sorgo y otros cultivos de cereales. La más tóxica de este grupo es la fumonisina B1, asociada con el cáncer de esófago en humanos y de enfermedades mortales en caballos, cerdos y conejos.
El deoxinivalenol (DON) es también conocido como “vomitoxina”, ya que se ha asociado con efectos adversos gastrointestinales agudos, como el vómito, en seres humanos y animales. Los principales efectos en los animales por la exposición a largo plazo a DON a través de la dieta son trastornos nutricionales y anorexia.
Estrategias para contrarrestar las micotoxinas
Una vez más, el estudio pone de manifiesto la necesidad de monitorizar los cereales y granos destinados a la alimentación animal, en relación con la contaminación por micotoxinas, asi como de implementar medidas de prevención y gestión de los riesgos relacionados con estos metabolitos tóxicos.
La existencia de cientos de micotoxinas con diferentes frecuencias y patrones de ocurrencia, así como de complicaciones sinérgicas resultantes de su coexistencia, complica su control. Sin embargo, existen estrategias para controlar su impacto en la producción animal, como pueden ser:
- La biotransformación: Mediante enzimas específicas es posible eliminar la toxicidad de los tricotecenos, zearalenona, ocratoxina A y fumonisinas al cambiar su estructura molecular. Esta biotransformación genera metabolitos no tóxicos, seguros para el medio ambiente.
- La adsorción: Las micotoxinas adsorbibles, como las aflatoxinas, se unen selectivamente y se inmovilizan con una mezcla exclusiva de minerales en el tracto gastrointestinal del animal. Esta adsorción reduce significativamente la biodisponibilidad de las toxinas.
- La bioprotección: A través de una mezcla de extractos vegetales y algas, la bioprotección asegura la hepato e inmunoprotección, que contrarresta los efectos negativos de las micotoxinas en el animal.
Fuente: BIOMIN