Los obradores compartidos tienen gran potencial para dinamizar el tejido productivo agroalimentario local, permitiendo a pequeños productores elaborar, transformar y comercializar sus productos sin necesidad de grandes inversiones en una infraestructura inicial. ¿Cómo mantener prácticas correctas de higiene en estos espacios compartidos? ¿Cuales son los prerrequisitos que se deben cumplir? La Agència Catalana de Seguretat Alimentària (ACSA) ha editado una Guía para aclarar todos estos aspectos.
Buenas prácticas de higiene en obradores compartidos
Un obrador compartido es un espacio donde diversas personas utilizan unas mismas instalaciones para elaborar productos alimentarios con el fin de comercializarlos. Estos espacios facilitan la dinamización del tejido productivo agroalimentario, el comercio de proximidad y la promoción de productos artesanales con un valor diferenciado, por lo que cada vez más ayuntamientos, cooperativas, asociaciones o empresas apuestan por este tipo de iniciativas.
Los obradores compartidos pueden ser públicos o privados y tener muchas formas diversas de gestión y organización. Les son de aplicación las normas generales de higiene establecidas en el Reglamento 852/2004 y las responsabilidades son compartidas. Mientras que el titular de las instalaciones es responsable de las mismas ante la administración y ante los operadores, éstos últimos son responsables de la seguridad alimentaria de los alimentos que fabrican, elaboran, transforman, envasan, almacenan o distribuyen.
Para facilitar la distribución de responsabilidades y establecer directrices sobre los requisitos sanitarios y legales que deben cumplir los obradores compartidos, la Agència Catalana de Seguretat Alimentària (ACSA) ha editado la "Guia de pràctiques correctes d’higiene en obradors compartits".
Guia de pràctiques correctes d’higiene en obradors compartits, ACSA, 2022