El Gobierno de Esperanza Aguirre ha decidido, por sorpresa, cerrar el Instituto de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, y los más de 700 trabajadores que desempeñan allí su labor profesional se han encontrado de repente ante una situación de incertidumbre. Además, al parecer nadie les ha comunicado nada y se han enterado de la noticia por el boletín oficial de la Comunidad.
La Consejería de Sanidad de la Comunidad Autónoma de Madrid justifica la decisión como un cambio en la organización del área de salud, y lejos de pensar en ello como en un recorte de recursos dicen que se trata de una reorganización que no afectará al servicio pero que sí representará una mejora para los ciudadanos, quienes tendrán una información mucho más transparente sobre lo que pueden esperar del servicio de sanidad pública.
Los trabajadores de la salud, por su parte, no se han quedado de brazos cruzados y el pasado 10 de abril publicaron un comunicado que busca dar a conocer su opinión sobre el asunto y exigir la restitución de la situación normal. Este es un extracto:
Este cambio debilita y amenaza de forma muy grave las funciones de salud pública en nuestra Comunidad y supone un paso atrás en la importante experiencia organizativa y profesional acumulada en las últimas tres décadas. A continuación exponemos algunas de las razones que fundamentan esta afirmación:
- El objetivo fundamental de la salud pública es proteger la salud de la población en su conjunto, anticipándose a la aparición de la enfermedad. Desarrolla actividades tan importantes como garantizar la potabilidad del agua, la seguridad alimentaria, el control sanitario de mataderos, los calendarios vacunales, la vigilancia de la salud de los trabajadores y trabajadoras en la Comunidad de Madrid, la vigilancia y el control de las epidemias y la realización de campañas para informar y sensibilizar a la población acerca de los riesgos para la salud.
- Amenazas tan graves para la salud de la población madrileña como la crisis de las vacas locas, las dioxinas de la carne de los pollos belgas, la legionella o la epidemia de meningitis, se resolvieron eficazmente gracias a una intervención coordinada y eficaz de la Dirección General de Salud Pública, organismo que tenía todas las competencias de salud pública integradas y centralizadas. Estos problemas de salud seguirían siendo una amenaza y crearían alarma social de no haberse resuelto en su momento de una forma oportuna.
- Todas las Comunidades Autónomas de nuestro país disponen de una Dirección General de Salud Pública y algunas de las que decidieron suprimirla han vuelto a crearla dada la importancia de que las competencias de la salud pública se dirijan de una forma coordinada y racional. Los Estados Europeos más avanzados socialmente potencian este tipo de organismos y la nueva estrategia de salud para Europa de la Comisión Europea, tiene como prioritarias las intervenciones que habitualmente se desarrollan en las Direcciones Generales de Salud Pública. Organismos internacionales de tanto prestigio como la Organización Mundial de la Salud recomiendan igualmente potenciar la salud pública.
- Los madrileños y las madrileñas afrontan actualmente retos tan complejos como el envejecimiento progresivo de la población, el sedentarismo y la obesidad y deberán hacer frente en un futuro próximo a posibles situaciones de crisis como una pandemia de gripe o la aparición de nuevas enfermedades ocasionadas por agentes infecciosos o tóxicos ambientales.
Como punto de contacto permanente con la sociedad y para añadir presión a la administración, este colectivo ha puesto en marcha un blog desde donde informan de la situación: Trabajadores y trabajadoras de Salud Pública en la Comunidad de Madrid.