Un estudio realizado en el hospital Johns Hopkins de Baltimore(EEUU) muestra que los grifos con sensores electrónicos de uso sin manos, aparentemente más higiénicos, tienen más probabilidades de estar contaminados con Legionella, una de las bacterias más comúnes y peligrosas en hospitales, que los tradicionales accesorios con asas.
A pesar de que los grifos de alta tecnología puedan parecer más higiénicos, al evitar la propagación de bacterias al tocar el grifo, y reduzcan el consumo diario de agua casi a la mitad, el estudio realizado en Baltimore cuestiona su idoneidad para instalaciones en ámbitos hospitalarios.
Los investigadores identificaron crecimiento de Legionella en el 50% de cultivos de muestras de agua de 20 grifos electrónicos situados en el interior o cerca de habitaciones de pacientes hospitalizados, mientras que sólo hallaron crecimiento de Legionella en un 15% de los cultivos realizados con agua de grifos manuales en las mismas zonas del hospital.
Un seguimiento semanal cultivos de agua mostró también la mitad de crecimiento de bacterias de cualquier tipo en los grifos manuales frente a los modelos electrónicos.
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Si bien los motivos para el mayor crecimiento bacteriano en los grifos electrónicos todavía no está aclarado, los investigadores apuntan a que los métodos de desinfección del agua en el hospital, que complementan los tratamientos realizados por los servicios públicos, no funcionan bien en los componentes de las complejas válvulas de éstos, que ofrecen superficies adicionales para que las bacterias queden atrapadas y crezcan.
Esta característica supone un problema en la prevención de infecciones de legionella en los hospitales. Como resultado del estudio, el hospital Johns Hopkins ha decidido reemplazar los grifos electrónicos por manuales.
La principal investigadora del estudio, Emily Sydnor, M.D, afirma que "la bacteria Legionella se encuentra comúnmente en el agua suministrada por las empresas de servicios públicos y que rara vez causa enfermedad en personas con sistemas inmunológicos saludables, pero supone un riesgo real de infección para pacientes con sistemas inmunes debilitados. Por este motivo, algunos hospitales tratan el agua de red con dióxido de cloro u otros métodos para mantener bajos los niveles de Legionella."
De hecho, el objetivo inicial del estudio era probar los grifos electrónicos para determinar con qué frecuencia y por cuánto tiempo era necesario dejar fluir el agua tratada por los grifos del hospital para mantener la Legionella y otras bacterias en niveles casi indetectables. Los investigadores quedaron sorprendidos por la alta carga bacteriana inicial detectada en las muestras de agua de los grifos electrónicos, que mostraron niveles de la bacteria Legionella entre 0 y 3.000 unidades formadoras de colonias bacterianas por mililitro de agua.
Como parte del estudio se desmontaron cuatro grifos electrónicos y sus componentes, realizando pruebas de cultivos que mostraron que la Legionella y otras bacterias se hallaban presentes en todas las válvulas de los componentes principales y en otras piezas que no existen en los grifos manuales.
Los investigadores concluyeron que "el tratamiento del agua no era efectivo para desinfectar los grifos con estas válvulas más complejas. Para ello sería necesario desmontar, limpiar y desinfectar el grifo entero, cada vez, lo cual no es práctico ni rentable. Es bueno para el control de infecciones que el personal se lave las manos con frecuencia", pero estos grifos pueden no ser la mejor opción para ayudar al personal en la protección de los pacientes de riesgo potencial de infección".
Fuente: www.hopkinsmedicine.org