El mercurio y el metilmercurio son contaminantes presentes especialmente en algunas especies de pescado. La CE busca evaluar y actualizar las recomendaciones de consumo de pescado en la UE, en relación estas sustancias. Estas recomendaciones son un instrumento importante para que el consumidor pueda disfrutar de los efectos beneficiosos del consumo de este alimento y ,al mismo tiempo, limitar los riesgos de toxicidad por mercurio.
Mercurio y metilmercurio en el pescado
El mercurio y su forma química más tóxica y común en la cadena alimentaria, el metilmercurio, son contaminantes habituales en el pescado, especialmente en algunas especies.
En el medio acuático, el mercurio se transforma en metilmercurio por la acción de ciertos microorganismos y es ingerido por el fitoplancton, luego pasa al zooplancton y finalmente a los peces, artrópodos, moluscos y cefalópodos.
Dado que se acumula en el cuerpo de los organimos que lo ingieren, el metilmercurio se biomagnifica a lo largo de la cadena trófica y, por ello, los peces depredadores de larga vida, como el tiburón, el pez espada y el atún, pueden acumular grandes cantidades.
El consumo excesivo de pescado contaminado con mercurio y metilmercurio se considera un riesgo de seguridad alimentaria, ya que, en dosis altas, el metilmercurio es tóxico para el sistema nervioso central, especialmente cuando se encuentra en desarrollo en el útero y en la primera infancia.
La Comisión Europea ha emitido una Recomendación con la que se busca obtener más información sobre la presencia de estos contaminantes en el pescado y mejorar el sistema de recomendaciones de consumo para el consumidor.
Datos sobre la presencia de mercurio en el pescado
Entre otros aspectos, la Recomendación de la CE establece que en los próximos años (2022-2025) los Estados Miembros deberán llevar a cabo un seguimiento de la presencia de metilmercurio y mercurio total en el pescado, los crustáceos y los moluscos, tanto de piscifactoria como capturados en estado salvaje. La información obtenida deberá ser comunicada a Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
El seguimiento deberá abarcar una amplia variedad de especies y reflejar los hábitos de consumo nacional, con el fin de poder estimar con mayor precisión la exposición de los consumidores a estos contaminantes.
Para proteger la salud de los consumidores, en la UE existen unos límites máximos establecidos para el contenido máximo de mercurio en la carne de pescado, crustáceos, moluscos bivalvos y complementos alimenticios (Reglamento (CE) n.o 1881/2006 y sus modificaciones). La información que se recoja en los próximos años servirá para evaluar si los valores actuales para determinadas especies de pescado son adecuados o deben modificarse, y para llevar a cabo futuras actualizaciones de la evaluación del riesgo que presenta el mercurio para los consumidores.
Además, hasta la fecha, la mayoría de los datos sobre presencia de mercurio de los que se dispone se refieren al mercurio total. Dado que el metilmercurio es más tóxico que el mercurio inorgánico, deberán comunicarse datos relativos tanto al metilmercurio como al mercurio total en las muestras, a fin de ayudar a calcular la proporción de metilmercurio con respecto al mercurio total en especies de peces específicas.
Recomendaciones de consumo de pescado
Otra herramienta para proteger al consumidor frente al lercurio y metilmercurio en el pescado son las recomendaciones de consumo, cuya observación es importante para gestionar el equilibrio entre los reconocidos efectos beneficiosos del consumo de pescado y los riesgos de la toxicidad del mercurio.
Ya en 2014, la EFSA llegó a la conclusión de que, para lograr los beneficios del consumo de pescado asociados a entre una y cuatro raciones semanales y, al mismo tiempo, proteger contra la toxicidad del metilmercurio en el desarrollo neurológico, hay que moderarse el consumo y limitarse el consumo de especies de pescado y de alimentos marinos con un alto contenido de mercurio.
Sin embargo, existe preocupación en la EFSA en relación a los niveles reales de exposición al mercurio y al metilmercurio en la población de la UE, debido a que los consumidores no conocen o no respetan las recomendaciones de consumo disponibles. Por lo que en la Recomendación de la CE se establece que las autoridades competentes de los Estados miembros deberan elaborar recomendaciones nacionales en materia de consumo de pescado y realizar una comunicación activa y continuada sobre ellas para que se conozcan mejor entre los consumidores.
Estas recomendaciones deberán adaptarse al patrón nacional de consumo de pescado y, especialmente, a las especies consumidas, ya que la variedad de pescado en toda la Unión es grande. La difusión de las recomendaciones nacionales de consumo será tarea de las autoridades competentes, con la asistencia de los explotadores de empresas alimentarias, organizaciones de consumidores, universidades, etc.
RECOMENDACIÓN (UE) 2022/1342 DE LA COMISIÓN de 28 de julio de 2022 sobre el seguimiento del mercurio en el pescado, los crustáceos y los moluscos