La OMS ha publicado tres nuevas fichas de riesgos acerca de las micotoxinas: aflatoxinas y fumonisinas. Recogen los riesgos de ingerirlas de forma individual, asi como la exposición combinada a estas dos sustancias tóxicas, producidas por ciertos hongos que pueden contaminar alimentos cultivados, como el maiz, los cereales o los frutos secos.
Aflatoxinas y fumonisinas: nuevas fichas de riesgos publicadas por la OMS
Las fumonisinas y las aflatoxinas son sustancias tóxicas producidas por hongos, comúnmente conocidos como mohos, de especies Fusarium y Aspergillus, respectivamente.
Ambas toxinas están presentes en todo el mundo y son contaminantes frecuentes del maíz y, en menor medida, del arroz, el sorgo, el trigo y los alimentos a base de cereales
Y las aflatoxinas, pero no las fumonisinas, también son contaminantes comunes de los cacahuetes y los frutos secos, como nueces, almendras o pistachos.
Se sabe que las aflatoxinas causan cáncer de hígado en los humanos y se cree que las fumonisinas son posibles promotoras de la carcinogenicidad de las aflatoxinas. Por lo que existe cierta evidencia y preocupación acerca de las posibles acciones aditivas o sinérgicas cuando ambas toxinas están presentes, lo que podria potenciar la carcinogenicidad.
Para informar sobre los riesgos de exposición a ambas toxinas por separado y de forma conjunta, la OMS ha publicado tres fichas-resúmen sobre las vias de exposición, la toxicidad y las medidas de prevención frente a estas micotoxinas.
Fumonisinas
Via de exposición: Los hongos Fusarium son contaminantes comunes del maíz y, en menor medida, del trigo y otros cereales, incluidos sus productos derivados.
Se producen en todo el mundo, pero son más comunes en climas cálidos y en zonas tropicales cálidas. La exposición media total a fumonisinas en Europa se estima en menos de 250 ng/kg de peso corporal por dia, mientras que alcanza hasta los 15 000 ng/kg en Malawi (África oriental).
Toxicidad: En humanos la principal preocupación es el riesgo de cáncer, aunque no existe por el momento evidencia, ya que se considera que tienen el potencial de inducir la proliferación celular regenerativa en el hígado y riñón, causando cáncer en animales de experimentación.
Métodos de prevención y control: la infección por Fusarium y la producción de las fumonisinas ocurren principalmente en el campo, y la contaminación raramente ocurre después de la cosecha. El uso de maiz transgénico, microorganismos antagonistas o aceites esenciales para controlar las fumonisinas se están investigando. Mientras, el principal método para reducir el riesgo es implementar buenas prácticas agrícolas: rotación de cultivos, uso de híbridos o variedades de plantas adecuadas para el suelo y el clima, buena gestión del suelo y reducción de factores de estrés para las plantas.
Aflatoxinas
Via de exposición: Las dos principales especies de hongos responsables de la contaminación de alimentos con aflatoxinas son Aspergillus flavus y A. parasiticus. La contaminación puede producirse antes de la cosecha en el caso del maíz, el algodón y los frutos secos, pero también puede ocurrir después de la cosecha en una gran variedad de cultivos, como el café, arroz y especias.
Unas condiciones inadecuadas de almacenamiento (entornos calientes y húmedos), que favorezcan el crecimiento del moho, pueden provocar niveles de contaminación mucho más altos que los encontrados en el campo.
En países desarrollados la exposición media es por lo general menor de 1 ng/kg peso corporal al dia, mientras que en algunos países de África sub-sahariana excede los 100 ng/kg
Además de un problema de salud, las afaltoxinas representan una grave carga económica, causando anualmente la destrucción de aproximadamente el 25% de los cultivos alimentarios del mundo.
Toxicidad: La exposición a largo plazo o crónica tiene efectos muy nocivos sobre la salud. Son carcinógenos potentes, mutágenas, genotóxicas y pueden causar inmunosupresión. En dosis muy elevadas pueden producir una intoxicación aguda (aflatoxicosis) que puede ser mortal, generalmente a través de daños en el hígado.
Métodos de prevención y control: son necesarias medidas de control tanto antes como después de la cosecha, aplicadas de forma integral. Un enfoque que incluye prácticas como mejorar la resistencia de las plantas, métodos de control biológico, tecnologías de secado de la cosecha, un almacenamiento adecuado de la misma y el tratamiento de los alimentos afectados por los hongos.
Co-exposición de fumonisinas y aflatoxinas
La exposición a ambas micotoxinas es probable en áreas donde se consumen habitualmente los alimentos antes mencionados, ya sea por que estén contaminados con ambas micotoxinas o por la ingestión por separado en alimentos diversos.
Según datos de la OMS, la presencia conjunta de aflatoxinas y fumonisinas en alimentos para consumo humano fué del 1.7% de alrededor 5000 muestras analizadas entre 2011 y 2016. Se encontró co-ocurrencia para 5.5% de muestras de maíz, 4.2% de cereales y productos basados en cereales, 2.8% de pan y otros productos de cereales cocidos, 1.4% de sorgo y 0.4% de alimentos a base de cereales para lactantes y niños pequeños.
Los problemas de salud derivados de la concurrencia de ambas toxinas incluyen posibles efectos antagónicos, aditivos o sinérgicos.
Las pruebas de animales de laboratorio y de estudios in vitro sugieren un efecto aditivo o sinérgico de la exposición simultánea a fumonisinas y aflatoxinas en el desarrollo de lesiones precancerosas o cáncer de hígado, pero actualmente hay pocos datos que respalden la coexposición como un factor contribuyente en la enfermedad humana.
Las fichas incluyen algunas recomendaciones para que el consumidor pueda reducir también en el hogar el nivel de riesgo de exposición.
Food Safety Digest- Aflatoxins
Food Safety Digest- Fumonisins
Food Safety Digest-Co-exposure of fumonisins with aflatoxins
Fuente: OMS