La OMS lanza un paquete de acciones para eliminar las grasas trans de la cadena alimentaria

La OMS lanza un paquete de acciones para eliminar las grasas trans de la cadena alimentaria

seguridad alimentaria

La ingesta de grasas trans, o grasas insaturadas, provoca más de 500.000 muertes por enfermedad coronaria cada año en todo el mundo. Dado que, principalmente, estos compuestos se producen durante los procesos industriales de elaboración de alimentos, su presencia en ellos puede evitarse. La OMS ha lanzado su plan de acción REPLACE,  con el que proporciona una guía paso a paso para conseguirlo.

Aperitivos, patatas fritas y bolleria, entre otros, comparten, además de un gran atractivo para el consumidor, una cantidad importante de las llamadas grasas trans o ácidos grasos trans (AGT).

Los AGT producidos industrialmente, principal via de ingesta, se introdujeron en la industria alimentaria a finales del siglo XIX principios del XX, con la invención de los aceites parcialmente hidrogenados. 

Estos aceites, que se encuentran con mayor frecuencia en alimentos horneados o fritos, aperitivos, comidas pre-envasadas o aceites de cocinar, se desarrollaron como sustitutos para las grasas animales, como la mantequilla. Pero también fueron pensados para alargar la vida útil de los alimentos y aceites, al reducir su potencial de oxidación, alterar la textura de los alimentos y reducir costes, ya que son más baratos que las grasas animales.

Durante años han gozado de una gran popularidad, sin embargo, desde hace alrededor de dos décadas, se acumulan evidencias científicas sobre su efecto negativo sobre la salud del consumidor, especialmente sobre el metabolismo y las enfermedades coronarias.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que la ingesta total de AGT se limite a menos del 1% de la ingesta total de energía, lo que se traduce en menos de 2,2 g / día, en una dieta de 2,000 calorías.  Según la organización, esta recomendación se ha logrado seguir en un número creciente de países y debería poder seguirse a nivel mundial, con la eliminación de los AGTs producidos industrialmente.

Acciones REPLACE

Con este objetivo en mente, la OMS ha lanzado un paquete práctico de medidas, bajo el acrónimo REPLACE, que marca directrices para la eliminación inmediata, completa y sostenida de las grasas trans, producidas industrialmente, del suministro mundial de alimentos. La tecnologia actual permite reducir la cantidad de AGT que se forman en los procesos industriales de produccción de alimentos y, por otra parte, existen grasas y aceites alternativos. Por lo que el problema debería tener solución.

REPLACE incluye las siguientes áreas de acción:

  • Revisar las fuentes dietéticas de grasas trans producidas industrialmente y la situación para el cambio de política necesario.
  • Promover el reemplazo de las AGTs producidas industrialmente por grasas y aceites más saludables
  • Legislar o promulgar acciones regulatorias para eliminar las grasas trans producidas industrialmente.
  • Evaluar y controlar el contenido de grasas trans en el suministro de alimentos y los cambios en el consumo de grasas trans en la población.
  • Crear conciencia sobre el impacto negativo en la salud de estas grasas entre los responsables de políticas, los productores, los proveedores y el público.
  • Hacer cumplir las políticas y regulaciones.

Los AGT en Europa

La eliminación de los AGT es fundamental para proteger la salud, por lo que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda que la ingesta sea lo más baja posible, en el marco de una dieta saludable.

Una ingesta elevada de estas sustancias incrementa sustancialmente el riesgo de sufrir cardiopatias, más que cualquier otro nutriente en una base calórica: se estima que el riesgo de muerte por cardiopatia es entre un 20-32% más alto cuando el 2% de la energia consumida proviene de grasas trans.

En todos los países de la UE, los niveles de AGT producidos industrialmente han ido decreciendo en las últimas décadas en algunos grupos de alimentos, pero no de manera uniforme. Algunos paises, como Austria, Dinamarca, Hungría, Islandia y Noruega han limitado por ley el contenido de AGTs en todos los alimentos, con un máximo de 2 gramos por cada 100 gramos de grasas/aceites. 

Se estima que la ingesta media de AGTs en la UE está por debajo del 1% de la ingesta de energia diaria, pero existen grupos poblacionales que podrian sobrepasarla. La mayoría de los productos analizados en la UE contienen menos de 2 gramos de grasas trans por cada 100 gramos de grasa y, en muchos de estos productos, el contenido es incluso inferior a 0,5 gramos.

Por su parte, la Comisión Europea está evaluando la introducción de medidas como el etiquetado obligatorio del contenido de grasas trans, una legislación que limite su contenido y la negociación de acuerdos voluntarios con la industria.

 

 

 

Fuentes: OMS y ACSA

 

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