La pandemia de Covid-19 ha precipitado el proceso de transformación digital en muchas actividades de producción y servicios. Muchas empresas han iniciado o acelerado la integración de tecnologias digitales en sus procesos, entre ellas también algunas del sector del control de plagas. Más allá de la actual situación sanitaria, las nuevas tecnologías marcaran en el futuro próximo la forma de operar dentro del sector de la sanidad ambiental.

Aunque a primera vista pueda verse como un coste extra o un cambio engorroso, las tecnologias digitales han empezado a ser, y lo serán aún más en el futuro,  una de las herramientas indispensables para las empresas de control de plagas.

La conectividad digital, el desarrollo de nuevos productos y servicios on-line y la aparición de innumerables apps abren la puerta a una nueva forma de operar, más ágil y que ofrece mayor valor añadido y mejor servicio a los clientes finales. 

Ninguna tecnologia sustituirá a un técnico cualificado, sino al contrario, le facilitará muchas de sus tareas, permitiendole dedicar su tiempo a mejorar la atención a los clientes, investigar mejor cómo prevenir infestaciones y hallar nuevas soluciones específicas para ellos. 

Las ventajas de estar conectados

El intercambio de información a tiempo real, mediante software adaptado al control de plagas, facilita la elaboración de diagnósticos, permite preparar mejor las visitas a los clientes y aporta también la flexibilidad de modificar rápidamente las rutas de los técnicos para dar una respuesta más rápida a incidencias prioritarias.

La recogida electrónica de datos permite además generar rápidamente documentos como gráficas e informes, planos o certificados, y también compartir la información, desde cualquier ubicación, entre técnicos o con los clientes.

Otra aportación de las nuevas tecnologías son las apps especializadas que nos aportan rápidamente información sobre las plagas y los productos biocidas (fichas de datos de seguridad, dosificación, etc), optimizando y simplificando las operaciones de los técnicos en su actividad de campo.

Finalmente, también hay que considerar el ahorro de tiempo, recursos y costes que supone la automatización de procesos, que permite a las empresas de control de plagas ser más productivas.

La monitorización remota de plagas

Un ejemplo de todo esto es el desarrollo de sistemas IoT de monitorización remota de roedores, que disponen de sensores de movimiento, contacto o incluso cámara de infrarrojos, conectados a internet y que permiten el envío y la recepción de datos entre distintos dispositivos en tiempo real. 

Estos sistemas permiten monitorizar las instalaciones del cliente durante las 24 horas del día, incluso cuando las instalaciones están cerradas,  y detectar la actividad de roedores, registrar los datos, enviar avisos, asi como atender selectivamente a las notificaciones de actividad de los sensores colocados en las trampas o estaciones de cebo.

Como ya hemos comentado, la monitorización remota nunca sustituye al técnico cualificado pero permite aprovechar mejor el tiempo de estos profesionales mientras se encuentran en las instalaciones de los clientes.

Además de ser necesarias menos visitas, el técnico no necesita revisar todas las trampas de forma rutinaria. En este sentido, la colocación de dispositivos de monitorización remota es especialmente práctica en zonas de dificil acceso, como los falsos techos, donde permiten ahorrar una mayor cantidad de tiempo. Un tiempo que puede dedicarse a inspeccionar e investigar aspectos del entorno que puedan estar impactando sobre la presencia de ratas o ratones, prevenir infestaciones y hallar nuevas soluciones; es decir, es un valor añadido para los clientes.

Y, de cara al futuro del sector, las nuevas tecnologías aplicadas al control de plagas pueden ser también un estímulo para atraer a jóvenes talentos hacia la profesión

Fuente: www.pestmagazine.co.uk