Moscas y cucarachas no parecen transmitir el coronavirus SARS-CoV-2 de forma mecánica

Moscas y cucarachas no parecen transmitir el coronavirus SARS-CoV-2 de forma mecánica

moscas

Moscas y cucarachas tienen la capacidad de transmitir patógenos de forma mecánica, como la Salmonella o E.coli, al transportarlos adheridos a su cuerpo y contaminar las superficies por donde pasan. ¿Pueden transmitir de este modo el coronavirus SARS-CoV-2? Un estudio de campo realizado en Texas  (EEUU) concluye que este modo de transmisión es altamente improbable.


 

Moscas, cucarachas y el SARS-CoV-2

Estudios realizados entorno a la posibilidad de que el coronavirus SARS-CoV-2 se transmita a través de la picadura de mosquitos concluyen que el virus es incapaz de replicarse en estos insectos y, por lo tanto, no pueden transmitirlo a las personas, incluso en el caso poco probable de que un mosquito se alimente de un huésped virémico.

Pero ¿que sucede en el caso de la transmisión mecánica del virus? Es conocido que insectos habitualmente domésticos, como moscas y cucarachas, pueden contaminar de forma mecánica superficies y alimentos con gérmenes patógenos, que transportan adheridos a su cuerpo, como las bacterias Salmonella o E.coli.

En condiciones de laboratorio, un estudio realizado en Manhattan(EEUU) concluye que las moscas domésticas pueden transmitir mecánicamente ARN del SARS-CoV-2 al entorno circundante, hasta 24 h después de la exposición. Pero ¿qué sucede fuera del laboratorio? ¿Es posible que la transmisión ocurra de forma natural?

Esta cuestión ha sido investigada en la Texas A&M University (EEUU), a través de un trabajo de campo que explora la posibilidad de transmisión mecánica del SARS-CoV-2 por moscas, cucarachas u otros insectos, en ambientes domésticos.

Para ello, colocaron trampas con atrayentes para insectos en hogares (en interiores y exteriores) con casos, humanos o animales, confirmados de Covid-19 y analizaron la presencia de partículas del virus en los artrópodos capturados. 

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Los datos analizados se obtuvieron de 133 trampas, colocadas en 40 hogares de los condados de Brazos, Bell y Montgomery en Texas, en las que, entre junio y septiembre de 2020, se capturaron 1.345 insectos, la mayoria moscas.

Tras analizar todos estos insectos por PCR (RT-qPCR) para encontrar evidencia del ARN viral, ninguna de las muestras dio positivo para SARS-CoV-2.

El estudio sugiere que la falta de detección del ARN viral en las muestras puede reflejar la falta de contaminación de las moscas por parte de humanos, mascotas o superficies contaminadas, y/o la degradación del ARN viral en moscas que puedan haberse contaminado.

En todo caso, los autores concluyen que existe una baja probabilidad de que los insectos contribuyan a la transmisión mecánica del SARS-CoV-2. 

 

Fuente:  Christopher M Roundy, Sarah A Hamer, Italo B Zecca, Edward B Davila, Lisa D Auckland, Wendy Tang, Haley Gavranovic, Sonja L Swiger, Jeffery K Tomberlin, Rebecca S B Fischer, Alex Pauvolid-Corrêa, Gabriel L Hamer, No Evidence of SARS-CoV-2 Among Flies or Cockroaches in Households Where COVID-19 Positive Cases ResidedJournal of Medical Entomology, Volume 59, Issue 4, July 2022

 

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