La investigación y el desarrollo de la ciencia a escala nano, ha tenido un gran avance en el ámbito de la seguridad alimentaria. Pese a reconocer sus potencialidades, los expertos admiten la necesidad de garantizar la seguridad de las aplicaciones de la nanotecnología y evitar riesgos para los consumidores.
La nanotecnología está aportando importantes mejoras en la prevención de riesgos alimentarios, desde técnicas de detección de patógenos a nuevos envases alimentarios con menor riesgo de migraciones tóxicas al alimento o programas de desinfección de aguas.
También se ha empezado a utilizar esta ciencia en el ámbito de los alimentos funcionales y los nutracéuticos con la aplicación de nanomateriales para la creación de compuestos bioactivos y microalimentos. Según algunos expertos, la nanotecnología podría servir para la creación de alimentos procesados más saludables y con mejores características organolépticas.
Sin embargo, y por ser un campo todavía emergente, requiere que se apliquen medidas de control que protejan a los consumidores.
La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó el pasado octubre 2008 un dictamen científico relacionado con nanociencia y nanotecnología y seguridad alimentaria.
En este informe, que se centra en los materiales que se utilizan en nanoingeniería (MNE) y que podrían introducirse, de forma deliberada, en la cadena alimentaria, se exponen los siguientes puntos:
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Aunque parece que podrian aplicarse las mismas medidas de seguridad que ya se aplican a productos químicos no producidos por nanoingeniería, los resultados pueden divergir.
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En muchos casos no es posible extrapolar datos cientifícos de los productos químicos normales a sus versiones nano. En consecuencia deberán tratarse los casos de manera particular y investigar la seguridad de cada producto.
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Posibles riesgos se originan en las características particulares de los materiales de nanoingeniería debido a su diminuto tamaño y a su gran superficie de actuación. Su pequeño tamaño les proporciona mayor capacidad de desplazarse por el cuerpo que a otras sustancias, aumentando aún más su reactividad.
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Existen también limitaciones e incertidumbres en relación a la caracterización, detección y medición de nanomateriales en la alimentación y en el cuerpo. Asi mismo se tiene muy poca información sobre cual es su absorción, distribución, metabolismo, excreción y toxicidad.
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Los expertos recomiendan una monitorización de los nanomateriales presentes y futuros que se utilicen en aplicaciones comerciales en relación a la alimentación, y el desarrollo de investigaciones para comprobar su seguridad.
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Foto: Karin Jones