La presencia del mejillón cebra en las aguas del Ebro sigue aumentando, obligando a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a la construcción de estaciones de desinfección para embarcaciones, entre otras localidades en Miranda de Ebro, donde este pequeño molusco coloniza conducciones de agua y provoca daños en instalaciones urbanas e industriales.
Un gran invasor
El mejillón cebra (Dreissena polymorpha) es una especie originaria de las aguas del mar Negro y Caspio, donde se encuentra en equilibrio ecológico, que se ha extendido por Europa con la navegación fluvial de los ríos. Su ciclo biológico incluye una fase larvaria planctónica, de manera que la capacidad de dispersarse enugares de poca corriente, o río abajo, es muy elevada. Su crecimiento es rápido, y en condiciones óptimas puede ser fértil con menos de 5 milímetros de longitud. Un mejillón cebra puede producir un millón de descendientes en un año.
Llegada al Ebro
Se detectó por primera vez en aguas de la cuenca del Ebro en julio de 2001, en el meandro de Flix y el embalse de Ribarroja y progresivamente ha ido invadiendo prácticamente la totalidad del rio.
Concretamente en Miranda de Ebro se detectaron larvas hace menos de dos años y actualmente la ciudad se enfrenta a una colonización masiva de ejemplares ya adultos, que se agarran a rocas y tuberias para formar grandes colonias.
Su presencia es ya imparable y el Ayuntamiento de Miranda solicitó a la Confederación Hidrográfica del Ebro la instalación de una estación de desinfección de embarcaciones.
La nueva infraestructura dispondrá de una plataforma de lavado con un sistema de recogida de aguas, otro de drenaje y una sala técnica «para utilizar agua clorada a 160 bares de presión y con una temperatura por encima de los 60 grados para eliminar la larvas de esta especie invasora imposibilitando su traspaso a otros ríos del país.
«El mejillón cebra no genera ningún problema a la población, no es venenoso, pero queremos colaborar a prevenir su expansión, porque sí que genera problemas económicos en instalaciones urbanas e industriales, llegando a atascar conducciones de agua», expone Jesús Ángel Visa, concejal de Medio Ambiente. De hecho las industrias eléctricas que emplean el agua del río para la refrigeración tienen que invertir cada año importantes cantidades para limitar la afección del mejillón en sus instalaciones.
Fuente: Diario de Burgos , CHE
Imagen cabecera: W. Commons
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