La industria del control de plagas británica está recogiendo datos para crear un mapa de distribución de la resistencia a rodenticidas anticoagulantes que presenta en este pais la rata de alcantarilla (Rattus norvegicus). Con este fin, requieren entre 600 y 1000 puntas de cola de rata de siete áreas británicas, en las que se sabe o sospecha que existen roedores que presentan resistencia.
Dibujar un mapa de la resistencia
Los organizadores han solicitado ayuda en la recolección de puntas de cola de rata para poder determinar el alcance de la resistencia a los anticoagulantes.
Los trozos de cola (3-5cm) deben ser de ratas que no hayan sido envenenadas, sino provenir de ratas muertas por trampas, disparos o perros. Las colas pueden mantenerse en frio hasta introducirlas en un frasco con conservante y enviarlas con los datos del recolector, fecha y lugar de recogida.
Imagen: Pest Magazine |
Resistencia a anticoagulantes de segunda generación
El pasado 23 de noviembre el grupo Rodenticide Resistance Action Group (RRAG) se reunió en Londres para discutir los crecientes problemas originados por la resistencia a anticoagulantes de segunda generación en Gran Bretaña.
En la reunión participaron representantes de los sectores de investigación, fabricación, venta y regulación de rodenticidas anticoagulantes en el país. Alan Buckle, presidente de RRAG, afirmó que "en algunas zonas, debido a la resistencia y a la politica reguladora del Reino Unido, muchas organizaciones no pueden cumplir con sus obligaciones legales para llevar a cabo el control eficaz de roedores para proteger la salud humana".
En determinadas áreas geográficas británicas el control de roedores no es posible con los dos rodenticidas anticoagulantes de segunda generación más ampliamente utilizados, difenacum y bromadiolona.
En estas zonas, el uso continuo y prolongado de estos rodenticidas no sólo es ineficaz, sino que también plantea un riesgo importante e injustificado para la vida silvestre. Según el RRAG, el uso de estos productos aumenta la gravedad y la propagación de la resistencia.
El grupo busca poder establecer una propuesta para el uso regulado de Brodifacoum y Flocoumafen, que estaría sujeto a tres restricciones: prueba de resistencia, aplicación restringida y competencia acreditada de los técnicos que apliquen los cebos. Además el proceso iria acompañado de un monitoreo intensivo de la vida silvestre.
Fuente: Pest Magazine